[Entrenamiento] Conociendo su propio poder

Afuera de la caverna los mineros yacían inquietos, en la desesperación al ver al increíble golem de rocas frente a ellos; tan fuerte, tan amenazador, tan intimidante que sus piernas solo se movieron por inercia. Allí esperaron espectantes, inquietos, molestos consigo mismos pues habían huido dejando a dos personas a su suerte atrás; a Ramón su jefe directo y Takumi que era tan solo un niño rico que apenas empezaba a vivir la vida. Cuando por fin uno de ellos miró, por dentro de esa boca de lobo que era la caverna, un destello verde idéntico al de jade. Se iba acercando mas y mas, no pudieron creer lo que veían antes de querer largarse a correr de vuelta.

La silueta de Kaolin se formó entre las oscuras sombras, alarmando a todos en el lugar. Pero cuando todos pensaron lo peor se pudo notar con algo de dificultad lo que llevaba en brazos, era Ramón. El elemental caminó lentamente hasta que por fin se situó entre ellos, bajo la mirada instigadora de los humanos. Con el mismo cuidado que había tenido al recoger al minero lo tuvo al depositarlo sobre el suelo, cuidando que su cabeza que ya había recibido cierto mal trato no se golpee más.

Luego volvió a mirar a los mineros y trató de calmarlos... a su peculiar manera.- No deben temer el jefe está bien, descanso y agua ha de beber, sino sus fuerzas jamás van a volver. Mineros que decidieron asaltar mis dominios ahora están preocupados de que no los vuelva comino. Kaolin ya no estar enojado pues de sus cadenas se ha liberado. -En su mano izquierda llevaba algunos trozos de jade todavía brillantes, los cuales puso en frente de los trabajadores.

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Creo que le entiendo un poco -dijo uno de los mineros con algo de timidez.- no estoy seguro pero dice que no nos va a hacer daño. Tal vez la piedra es para enmendar lo que paso allí adentro.

Pero si la paga es mas que buena, yo acepto -agregó otro mientras se acercaba a palpar la extraña piedra de jade.- pero... habían dos personas dentro. Ramón no era el único, si, el jefe Takumi. ¿Por qué no lo trajiste a él también? ¡no me digas que lo mataste!

Takumi es la razón de vuestra preocupación, bien fundada está por que él se esmeró para poderlos salvar. La muerte viene por todos tarde o temprano, pero cuando el niño fue nombrado espantada se fue en su carro. -El monstruo de rocas se sentó en el suelo unos segundos y miró a los obreros que no entendían bien qué les intentaba decir.- Si al joven quieren ver cuidado deben tener, cansado seguro quedará por que poder que controla a cualquiera lo deja mal. -Dicho esto su cuerpo volvió a brillar como en aquella cueva, asustando otra vez a los mineros que se asombraron aún mas cuando el cuerpo del gigante fue achicando sus dimensiones progresivamente hasta que por fin tomó la forma de una persona. La forma de Takumi que cayó en el suelo desmayado, de inmediato los trabajadores lo recogieron y acomodaron de una forma mas placentera. Poniendo una campera en sus nucas como almohadas mientras revisaban posibles heridas en todo su cuerpo. Por suerte o precaución en el carro que había venido el empresario tenían guardado lo que necesitaban para tratar todo.

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Pasaron las horas y los obreros solo esperaban mientras Ramón y Takumi se recuperaban de su sueño. No habían encontrado heridas importantes, solo algunas magulladuras y raspones, pero ningún herida abierta ni tampoco parecía haber señales de huesos rotos. Hasta que por fin uno de los dos despertó, era Takumi que abriendo los párpados con dificultad pues la luz lastimaba sus ojo, se fue incorporando lentamente. Al verlo bien trataron de ayudarlo para que no hiciese mucho esfuerzo.

Señor Takumi, que alivio, se encuentra bien nos tenía muy preocupados. -dijo el primero de ellos mientras le acercaba un poco de agua en un vaso a su boca y así saciar su sed.- ¿Le duele algo? lo íbamos a llevar de vuelta a la ciudad para ingresarlo a un hospital pero no queríamos moveros demasiado.

¿Movernos? -musitó el joven antes de tomar toda el agua como si no hubiera probado gota en semanas. No tenía memoria cabal de lo que había ocurrido, sus recuerdos solo se mantenían hasta el momento que intentó enfrentar al monstruo que iba a matar a Ramón. Luego se acordó- ¡Ramón! ¿dónde está? -sus ojos desesperado lo buscaron por todos lados hasta encontrarlo a un costado, cerca, recostado en una manta en el suelo y usando una campera como almohada. Se veía relajado, tal vez estuviese durmiendo. Con algo de nerviosismo y vergüenza prosiguió- ¿Cómo se encuentra? ¿es grave?.

No estamos seguros pero creo que solamente se desmayó por un golpe, revisamos sus signos vitales, está vivo al menos. Pero... señor Takumi, necesitamos saber... ¿qué pasó allí dentro? luego de que escapamos lo escuchamos gritar incluso, pero nos paralizamos del miedo por eso no volvimos. ¡Perdón!

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