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[Misión E] El Banquete [Sayen - Necalli]
2 participantes
Fairy Tail Rol :: Margarett :: Ciudad
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[Misión E] El Banquete [Sayen - Necalli]
¿De nuevo? Otro trabajo que había encontrado el joven de cabellos naranjas y para su sorpresa, otro tema de noviazgo solo que este iba esta vez mas lejos llegando incluso a trabajar en una boda ¿Quien lo diría no? Bueno, esta vez no solo se trataba de ayudar a organizar el salón donde se organizaría el banquete si no que también le tocaba jugar un poco el papel de guardia jurado y, a pesar de ser cosa de la misión de ser necesario preferiría no tener que llegar a golpear a nadie, cierto es que Necalli no era la persona que se dejaba amedrentar ni mucho menos, a demás de tener un físico acorde a sus capacidades de pelea, pero el poder herir a alguien aunque este venga a organizar un desastre en el banquete no estaba en sus planes. En cualquiera de los casos, todo se vería una vez todo se estuviera organizando, pero para ello aun le quedaban unas horas para disfrutar de esta magnifica ciudad ya que la hora de encuentro aun estaba algo lejos de darse y eso era algo que aprovecharía el joven. De nuevo tenia que tratar con un compañero de misión/trabajo, ahora Necalli tenia dinero que poder gastar en comprarse cosas y, bueno no iba a gastárselo en ropa para el ya que las que traía le parecían realmente cómodas, cierto es que la gabardina a veces le daba calor pero por norma general iba bien, por lo que podría tener un ligero detalle con su compañero/a de misión para empezar con buen pie y así mostrar su lado mas generoso... ¡Pero cuidado! No todo el mundo acepta regalos de desconocidos, a veces podrías llegar a dar la imagen de una persona engañosa que lo único que quiere es ganarse la confianza de la gente y aunque Necalli no era esa clase de personas, se podría dar el caso de que lo pensaran `pero aun así, este decidió ir a comprar algo con lo que poder obsequiar a su compañero de trabajo.- Si supiera si es hombre o mujer por lo menos... -Murmuraba el joven ojeando de nueva cuenta la hoja de servicio para ver si se le había escapado algo, pero no, no ponía ni nombre de compañero ni nada solo que se presentaran en el lugar por lo que pensó ¿Como iban estas misiones? Le parecían bastante sencillas a primera vista pues esta vez solo era organizar un banquete, pero si se trataban de personas importantes la cosa se podía complicar porque podían ser objetivos importantes ¿Y si no era lo suficiente fuerte para protegerlos? El joven resoplo pues se estaba comiendo la cabeza con tanto pensar, y la verdad es que ahora quería ver que compraba a su compañero por lo que fue buscando por distintos puestos de la ciudad.
!Eureka! El joven encontró un regalo que no era ni muy caro ni una baratija, una pequeña lacrimar mágica que su descripción decía que podía animar incluso a la persona mas triste.
Guardo la pequeña lacrima para luego ya ir de cabeza al punto de encuentro, la verdad es que iba a ser un evento llamativo y que muchas de las calles estaban decoradas para la ocasión, incluso el era el chismoteo del día de hoy entre gran parte de la gente y, ver a toda a esa gente animada hacia que el joven de cabellos naranjas también sonriera y se animara, hoy era un día para estar feliz y e intentar que nadie les aguara lo que iba a ser el momento mas feliz de la vida de esa pareja. De lejos ya se veía el lugar donde se iba a celebrar dicho evento, y la verdad es que no escatimaban en gastos esta gente, el joven podía visualizar ya gente trajeada en la entrada que comenzaban a organizarlo todo, por lo que el joven decidió acercarse y era el que mas desentonaba en ese ambiente con ese aspecto de buenas a primeras, pero paro al que parecía uno de los camareros.- ¡Io! Soy Necalli, uno de los magos que acepto el trabajo y vine para ayudar a organizar este evento -Comento con una sonrisa, a lo que el camarero respondió un poco alterado por todo el trabajo que tenia encima, no de mala manera pero si nervioso ya que tenia prisa y le comento que tenia que esperar aquí a que viniera el organizador y su otro compañero.- Esta bien... Perdone no quería molestarle -Era educado, y le sentaba mal que alguien pudiera hacer mal su trabajo por su culpa, pero ahora quedaba esperar al organizador del evento y su compañera.
Para esperarla se tomo una de las sillas para el, y se sentó para luego tomar la lacrima de su bolsillo y mirarla, la verdad es que la había comprado pero no sabia bien del todo como era el funcionamiento de este objeto, no tenia ningún pulsador ni nada por el estilo, pero tras unos segundos mirándolo unas pequeñas letras se formaban en la lacrima dejando leer la frase "Todo se puede enmendar". Eso hizo que el joven se quedara mirando el objeto por unos segundos, y luego sacudió su cabeza guardándolo de nuevo en su bolsillo, sin comprender el por que ese objeto había reaccionado con él de esa manera.
!Eureka! El joven encontró un regalo que no era ni muy caro ni una baratija, una pequeña lacrimar mágica que su descripción decía que podía animar incluso a la persona mas triste.
Guardo la pequeña lacrima para luego ya ir de cabeza al punto de encuentro, la verdad es que iba a ser un evento llamativo y que muchas de las calles estaban decoradas para la ocasión, incluso el era el chismoteo del día de hoy entre gran parte de la gente y, ver a toda a esa gente animada hacia que el joven de cabellos naranjas también sonriera y se animara, hoy era un día para estar feliz y e intentar que nadie les aguara lo que iba a ser el momento mas feliz de la vida de esa pareja. De lejos ya se veía el lugar donde se iba a celebrar dicho evento, y la verdad es que no escatimaban en gastos esta gente, el joven podía visualizar ya gente trajeada en la entrada que comenzaban a organizarlo todo, por lo que el joven decidió acercarse y era el que mas desentonaba en ese ambiente con ese aspecto de buenas a primeras, pero paro al que parecía uno de los camareros.- ¡Io! Soy Necalli, uno de los magos que acepto el trabajo y vine para ayudar a organizar este evento -Comento con una sonrisa, a lo que el camarero respondió un poco alterado por todo el trabajo que tenia encima, no de mala manera pero si nervioso ya que tenia prisa y le comento que tenia que esperar aquí a que viniera el organizador y su otro compañero.- Esta bien... Perdone no quería molestarle -Era educado, y le sentaba mal que alguien pudiera hacer mal su trabajo por su culpa, pero ahora quedaba esperar al organizador del evento y su compañera.
Para esperarla se tomo una de las sillas para el, y se sentó para luego tomar la lacrima de su bolsillo y mirarla, la verdad es que la había comprado pero no sabia bien del todo como era el funcionamiento de este objeto, no tenia ningún pulsador ni nada por el estilo, pero tras unos segundos mirándolo unas pequeñas letras se formaban en la lacrima dejando leer la frase "Todo se puede enmendar". Eso hizo que el joven se quedara mirando el objeto por unos segundos, y luego sacudió su cabeza guardándolo de nuevo en su bolsillo, sin comprender el por que ese objeto había reaccionado con él de esa manera.
Alibaba- Rango E
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Re: [Misión E] El Banquete [Sayen - Necalli]
Siempre que necesitaba dinero para sus viajes o para confeccionar nuevos trajes, recurría a las misiones que podía realizar. Esa vez estaba pasando por Margarett por unos días cuando descubrió que en una boda importante que iba a realizarse estaban pidiendo magos para cuidar el sitio y organizar el banquete. Aquello podía ser interesante y a ella le encantaba esa clase de eventos por lo elegante que se vestía la gente, era algo vistoso de ver aunque no estaba segura de que los casamientos fueran su evento favorito. No dudó en apuntarse a la misión pese a eso y se dio cuenta entonces que sus ropas no eran adecuadas para ir a trabajar a un lugar así. ¡Tenía que hacer algo al respecto!
Se pasó parte del día antes e ir a hacer el trabajo buscando por tiendas y consiguió un vestido hasta sus rodillas, de color celeste, que combinó con unas sandalias de poco taco de color blanco. Trenzó su cabello para que no molestar y fue hacia el lugar indicado en la misión. Al llegar al salón del banquete se dirigió a una muchacha que parecía tener una lista de tareas y que estaba dando algunas indicaciones a otro grupo de personas con uniformes.
Esperó a que la joven terminara de hablar viéndola desde lo lejos, más que nada para que los hombres más altos se alejaran, y se acercó luego a ella con pasos algo tímidos. No estaba acostumbrada a abordar a las personas por un trabajo, por lo general era su curiosidad la que actuaba y no tenía que medir las palabras por lo que aclaró su voz una vez y la llamó pidiéndole disculpas de ante mano. La mujer, aunque alterada por todo lo que faltaba por hacer, le dijo que el otro muchacho con quien iba a realizar la misión se encontraba cerca, en una mesa sentado, esperando a que llegara porque posiblemente algunas cosas fueran solo para magos. Sayen creyó que aquello era una excusa para tener más manos de ayuda en aquella tarea pero no dijo nada al respecto. Sonrió un poco, agradeciendo la amabilidad y se dirigió a las mesas.
Tuvo que caminar unos cuantos metros hasta llegar y buscó a alguien que estuviera esperando, a un muchacho según le había dicho la mujer. Su estómago se anudó un poco y detuvo sus pasos llevándose una mano allí. Tenía que calmarse, no podía ser grave, estaba hablando de un mago, alguien con quien debía compartir el tiempo de misión. ¡No era tan grave! De seguro sería alguien amable, pequeño y sin malas intenciones. Pero no olvidaba que muchos magos podían estar en cosas malvadas. No, no, ¿qué mago malvado podría tomar aquella tarea que trataba de ayudar? Respiró profundo, sacudió la cabeza un par de veces y se convención de seguir adelante.
Con los nervios creciendo desde la base de su estómago siguió caminando, mordiendo el interior de su labios inferior y con la mirada buscó a quien le habían dicho. Lo encontró pronto, destacaba no sólo por estar quieto sino porque tenía cabello naranja y un estilo muy diferente al del lugar. Intentando ignorar la alarma de su cabeza, una que se había desarrollado con el tiempo y que no podía controlar, caminó hacia el muchacho deteniéndose a dos metros de distancia. No podía acercarse más, él parecía alto, grande. Tragó saliva e intento que su voz sonara normal cuando decidió hablar.
—Disculpe —lo llamó—, ¿es usted el mago que espera a su compañero? —le preguntó con una sonrisa lo más tranquila que pudo y cruzó las manos tras su espalda.
Se pasó parte del día antes e ir a hacer el trabajo buscando por tiendas y consiguió un vestido hasta sus rodillas, de color celeste, que combinó con unas sandalias de poco taco de color blanco. Trenzó su cabello para que no molestar y fue hacia el lugar indicado en la misión. Al llegar al salón del banquete se dirigió a una muchacha que parecía tener una lista de tareas y que estaba dando algunas indicaciones a otro grupo de personas con uniformes.
Esperó a que la joven terminara de hablar viéndola desde lo lejos, más que nada para que los hombres más altos se alejaran, y se acercó luego a ella con pasos algo tímidos. No estaba acostumbrada a abordar a las personas por un trabajo, por lo general era su curiosidad la que actuaba y no tenía que medir las palabras por lo que aclaró su voz una vez y la llamó pidiéndole disculpas de ante mano. La mujer, aunque alterada por todo lo que faltaba por hacer, le dijo que el otro muchacho con quien iba a realizar la misión se encontraba cerca, en una mesa sentado, esperando a que llegara porque posiblemente algunas cosas fueran solo para magos. Sayen creyó que aquello era una excusa para tener más manos de ayuda en aquella tarea pero no dijo nada al respecto. Sonrió un poco, agradeciendo la amabilidad y se dirigió a las mesas.
Tuvo que caminar unos cuantos metros hasta llegar y buscó a alguien que estuviera esperando, a un muchacho según le había dicho la mujer. Su estómago se anudó un poco y detuvo sus pasos llevándose una mano allí. Tenía que calmarse, no podía ser grave, estaba hablando de un mago, alguien con quien debía compartir el tiempo de misión. ¡No era tan grave! De seguro sería alguien amable, pequeño y sin malas intenciones. Pero no olvidaba que muchos magos podían estar en cosas malvadas. No, no, ¿qué mago malvado podría tomar aquella tarea que trataba de ayudar? Respiró profundo, sacudió la cabeza un par de veces y se convención de seguir adelante.
Con los nervios creciendo desde la base de su estómago siguió caminando, mordiendo el interior de su labios inferior y con la mirada buscó a quien le habían dicho. Lo encontró pronto, destacaba no sólo por estar quieto sino porque tenía cabello naranja y un estilo muy diferente al del lugar. Intentando ignorar la alarma de su cabeza, una que se había desarrollado con el tiempo y que no podía controlar, caminó hacia el muchacho deteniéndose a dos metros de distancia. No podía acercarse más, él parecía alto, grande. Tragó saliva e intento que su voz sonara normal cuando decidió hablar.
—Disculpe —lo llamó—, ¿es usted el mago que espera a su compañero? —le preguntó con una sonrisa lo más tranquila que pudo y cruzó las manos tras su espalda.
Sayen- Rango E
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Re: [Misión E] El Banquete [Sayen - Necalli]
El joven de cabellos naranjas estaba inmerso en sus pensamientos, no llegaba a entender aun el tema de la lacrima mágica y ademas estaba la duda de ¿Que les pondrían a trabajar? El nunca había ayudado a montar un banquete para una boda, por lo que era una experiencia nueva mas, era la primera vez que participaba en una a decir verdad, no era algo que le disgustara pues este se suponía que era el momento en el que demostraban su amor eterno al resto de la gente... ¡No! Necalli no quería casarse por muy bonito que le pareciera el acto, pero daría su mejor esfuerzo en este trabajo aunque aun no empezaba ya que esperaba a su compañero.
¿Quien seria? Era posible que fuera tanto un chico como una chica, mas el tendría que cambiarse las ropas para no desentonar tanto, bueno, eso quizá.
Fue entonces que una dulce voz alcanzo el oído del joven que, se puso en pie para ver de quien se trataba, por la pregunta que esta le formulo el muchacho interpreto que ella venia buscándole a él, de ser así ella tenia que ser su compañera y, al voltearse vio una chica bastante alto -generalmente hablando- con un todo de color de cabello totalmente opuesto al del joven. La verdad es que era llamativa a la vista dejando de lado el tema de su cabello, pero el joven se quedo mirándola a los ojos mientras alzaba una mano hasta su frente, posando el dedo indice y corazón en su frente a la vez que se presentaba.- ¡Si! Ah... Soy Necalli, un placer -Bajo los dedos para luego colocar ambas manos en su cadera mientras ladeaba su cabeza con una sonrisa.- Supongo que somos compañeros, yo daré lo mejor de mi en este trabajo -Añadió el joven mientras seguía con la sonrisa en el rostro, hasta que noto una mano en la espalda que le daba unos toques, y al voltear por la petición de atención de esa persona la cara de Necalli se volvió un mapa de un país lejano ¿Esto era real? Quien le estaba reclamando era un hombre de apenas un metro y 10 centímetros de alto, con las piernas mas delgadas que el resto del cuerpo, una cabeza perfectamente ovalada y un bigote frondoso pero bien perfilado.
Se presento como el organizador de todo el evento, tenia un aspecto de personaje de tira cómica que la verdad le costaba aguantarse la risa al joven, pero se quedo escuchándolo el cual hablaba de la vestimenta del joven, diciendo que si podía cambiársela para trabajar en este banquete mejor, pero si no quería cambiársela que no se dejara ver muy seguido por el salón. Luego les dijo que tendrían que empezar por montar las mesas del lado derecho del salón, que eran las mas grandes comenzando por montar la mesa, poner el mantel y luego poner la cubertería completa.- Cla-Claro... No se preocupe -Añadió el chico mientras sonreía contento, para luego ver como se alejaba ese hombre de extrañas proporciones, no sin antes añadir que si tenían alguna duda que buscaran a la jefa de sala.- ¿Nos ponemos a ello? Esa gente necesitara una mano, vamos -Dijo para luego acomodarse la ropa para ir para a dentro para hacer su labor.
¿Quien seria? Era posible que fuera tanto un chico como una chica, mas el tendría que cambiarse las ropas para no desentonar tanto, bueno, eso quizá.
Fue entonces que una dulce voz alcanzo el oído del joven que, se puso en pie para ver de quien se trataba, por la pregunta que esta le formulo el muchacho interpreto que ella venia buscándole a él, de ser así ella tenia que ser su compañera y, al voltearse vio una chica bastante alto -generalmente hablando- con un todo de color de cabello totalmente opuesto al del joven. La verdad es que era llamativa a la vista dejando de lado el tema de su cabello, pero el joven se quedo mirándola a los ojos mientras alzaba una mano hasta su frente, posando el dedo indice y corazón en su frente a la vez que se presentaba.- ¡Si! Ah... Soy Necalli, un placer -Bajo los dedos para luego colocar ambas manos en su cadera mientras ladeaba su cabeza con una sonrisa.- Supongo que somos compañeros, yo daré lo mejor de mi en este trabajo -Añadió el joven mientras seguía con la sonrisa en el rostro, hasta que noto una mano en la espalda que le daba unos toques, y al voltear por la petición de atención de esa persona la cara de Necalli se volvió un mapa de un país lejano ¿Esto era real? Quien le estaba reclamando era un hombre de apenas un metro y 10 centímetros de alto, con las piernas mas delgadas que el resto del cuerpo, una cabeza perfectamente ovalada y un bigote frondoso pero bien perfilado.
Se presento como el organizador de todo el evento, tenia un aspecto de personaje de tira cómica que la verdad le costaba aguantarse la risa al joven, pero se quedo escuchándolo el cual hablaba de la vestimenta del joven, diciendo que si podía cambiársela para trabajar en este banquete mejor, pero si no quería cambiársela que no se dejara ver muy seguido por el salón. Luego les dijo que tendrían que empezar por montar las mesas del lado derecho del salón, que eran las mas grandes comenzando por montar la mesa, poner el mantel y luego poner la cubertería completa.- Cla-Claro... No se preocupe -Añadió el chico mientras sonreía contento, para luego ver como se alejaba ese hombre de extrañas proporciones, no sin antes añadir que si tenían alguna duda que buscaran a la jefa de sala.- ¿Nos ponemos a ello? Esa gente necesitara una mano, vamos -Dijo para luego acomodarse la ropa para ir para a dentro para hacer su labor.
Alibaba- Rango E
- Mensajes : 140
Re: [Misión E] El Banquete [Sayen - Necalli]
Cuando el muchacho se puso de pie, ella notó que no se llevaban tanta diferencia de altura y eso la dejó tranquila. Eran apenas unos diez centímetros lo que los separaba y saber aquello hizo que sus nervios disminuyeran un poco. No dejaba de sentirse ansiosa y preocupada del todo porque o podía, no aún, pero el hecho de que no fuera enorme como su padre la relajaba. Quiso sonreír con tristeza ante ese pensamiento pero el ambiente bullicioso le recordó que allí las personas iban para ser felices y ella, como la artista que era, tenía que seguir el papel.
Le regaló una pequeña sonrisa cuando él se presentó e inclinó un poco su postura a modo de saludo intentando recordar pronto el nombre del mago. No quería equivocarse y ofenderlo a molestarlo, no cuando recién estaban comenzando y había mucho trabajo que hacer. Fue a responderle cuando de pronto alguien apareció tras el muchacho, un personaje de aspecto gracioso que la obligó a contener una risa de sorpresa al saber que él era el encargado de aquel lugar. En otras palabras, eso lo trasformaba prácticamente en su jefe.
Escuchó las indicaciones del señor con atención y asintió una vez. Sería fácil comenzar por las mesas del lado derecho, gran parte del salón ya estaba terminado y estaba seguro que lo más importante para hacer allí sería la seguridad pues estaba claro la importancia que tenían los novios para la sociedad de la ciudad. Volvió la mirada a Necalli y asintió, siguiéndolo hacia la dirección correcta.
—Lo siento, no tuve oportunidad de presentarme antes —le dijo ya un poco más relajada, caminando a su lado pero con al menos un metro y medio de distancia entre ellos—. Mi nombre es Sayen, espero que podamos realizar bien nuestro trabajo —finalizó la presentación justo cuando llegaban al la zona donde estaban los caballetes y tres grandes tablas de madera.
La maga los observó y volvió la mirada a la zona del salón a la que correspondían. Se llevó una mano al mentón y se acercó a los caballetes puestos a un lado. Había tres para cada tablón. Sayen tomó tres de una vez y los cargó entre sus manos sin temer ensuciar su ropa, si tenían algo de polvo no había nada que un poco de agua y jabón no solucionaran.
—Creo que será mejor poner los caballetes, luego llevar las tables y hacer la decoración al final —le propuso viéndolo de reojo para saber si estaba de acuerdo o si acaso ella estaba decidiendo por demás.
Aún no terminaba de acostumbrarse a hacer misiones de esa forma.
Le regaló una pequeña sonrisa cuando él se presentó e inclinó un poco su postura a modo de saludo intentando recordar pronto el nombre del mago. No quería equivocarse y ofenderlo a molestarlo, no cuando recién estaban comenzando y había mucho trabajo que hacer. Fue a responderle cuando de pronto alguien apareció tras el muchacho, un personaje de aspecto gracioso que la obligó a contener una risa de sorpresa al saber que él era el encargado de aquel lugar. En otras palabras, eso lo trasformaba prácticamente en su jefe.
Escuchó las indicaciones del señor con atención y asintió una vez. Sería fácil comenzar por las mesas del lado derecho, gran parte del salón ya estaba terminado y estaba seguro que lo más importante para hacer allí sería la seguridad pues estaba claro la importancia que tenían los novios para la sociedad de la ciudad. Volvió la mirada a Necalli y asintió, siguiéndolo hacia la dirección correcta.
—Lo siento, no tuve oportunidad de presentarme antes —le dijo ya un poco más relajada, caminando a su lado pero con al menos un metro y medio de distancia entre ellos—. Mi nombre es Sayen, espero que podamos realizar bien nuestro trabajo —finalizó la presentación justo cuando llegaban al la zona donde estaban los caballetes y tres grandes tablas de madera.
La maga los observó y volvió la mirada a la zona del salón a la que correspondían. Se llevó una mano al mentón y se acercó a los caballetes puestos a un lado. Había tres para cada tablón. Sayen tomó tres de una vez y los cargó entre sus manos sin temer ensuciar su ropa, si tenían algo de polvo no había nada que un poco de agua y jabón no solucionaran.
—Creo que será mejor poner los caballetes, luego llevar las tables y hacer la decoración al final —le propuso viéndolo de reojo para saber si estaba de acuerdo o si acaso ella estaba decidiendo por demás.
Aún no terminaba de acostumbrarse a hacer misiones de esa forma.
Sayen- Rango E
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Re: [Misión E] El Banquete [Sayen - Necalli]
-¿Sayen? Es un nombre bonito -Comento el muchacho con una sonrisa en sus labios, mientras observaba como la chica parecía estar pensando en algo, por su parte pensaba en como podrían llegar a optimizar el trabajo, lo esencial era montar las mesas y tenían espacio en esta zona como para montar veinte mesas de manera fácil y con el suficiente espacio para que no se mezclaran unas con las otras. Entonces fue que Sayen propuso una manera bien eficiente de realizar ese trabajo, la verdad es que esa chica pensaba mas rápido que el joven, y no era algo muy complicado eso.- Estoy de acuerdo -Añadió el joven que veía como ella sola cargaba con los caballetes, e hizo lo mismo que ella tomando tres caballetes mas para así luego poder colocar la tabla sobre esta para hacer así una de las primeras mesas del salón. Coloco los 3 caballetes de manera distribuida para que la tabla quedara bien estabilizada para que si ponían algo en el borde no se fuera todo para el suelo, bien, ahora faltaba la tabla la cual fue a buscar para tener ya una mesa montada como ejemplo. Por suerte el cuerpo atlético del joven le sirvió bien de ayuda para tomar una de las tablas para completar la mesa y cargarla con relativa facilidad.- Si necesitas ayuda con la tabla me avisas ¿Si? -No pesaba mucho, pero era bastante grande y eso podía ser complicada para cargarla a veces.
Una vez puesta la tabla de manera perfecta, comenzó a poner el mantel y terminar de armarla por completo y, la verdad es que tenia un aspecto bastante presentable tal y como la había dejado -quizá venia la jefa de sala a decirle algo, pero así quedaba por el momento- Se cruzo de brazos con una sonrisa en los labios de manera satisfecha, y miro hacia Sayen, a primera vista no parecía una chica capaz de cargar con mucho peso con su propia fuerza pero, quizá era una maga de fuerza y de pronto se ponía a cargar todas las tablas ella sola, eso si que seria una autentica sorpresa. Por lo pronto Necalli se acerco a la joven.- ¿Quieres que cargue yo las tablas? Pesan mas que los caballetes y así puedo darte una mano -Menciono con esa característica sonrisa en sus labios mientras que ladeaba levemente su cabeza esperando respuesta de ella mientras veía un poco por encima de sus hombros, viendo como algunos camareros ya comenzaban a colocar los platos y otros materiales sobre las mesas, todo parecía que iba a ser una comida muy elegante.
Podían agilizar parte del proceso si ella ponía los caballetes y el las tablas de las mesas, pero una vez montaran ya todo esto no sabia que les darían de faena, en un principio después de hacer todo lo del salón tendrían que vigilar que ningún indeseable viniera a fastidiar la boda de los afortunados.
Una vez puesta la tabla de manera perfecta, comenzó a poner el mantel y terminar de armarla por completo y, la verdad es que tenia un aspecto bastante presentable tal y como la había dejado -quizá venia la jefa de sala a decirle algo, pero así quedaba por el momento- Se cruzo de brazos con una sonrisa en los labios de manera satisfecha, y miro hacia Sayen, a primera vista no parecía una chica capaz de cargar con mucho peso con su propia fuerza pero, quizá era una maga de fuerza y de pronto se ponía a cargar todas las tablas ella sola, eso si que seria una autentica sorpresa. Por lo pronto Necalli se acerco a la joven.- ¿Quieres que cargue yo las tablas? Pesan mas que los caballetes y así puedo darte una mano -Menciono con esa característica sonrisa en sus labios mientras que ladeaba levemente su cabeza esperando respuesta de ella mientras veía un poco por encima de sus hombros, viendo como algunos camareros ya comenzaban a colocar los platos y otros materiales sobre las mesas, todo parecía que iba a ser una comida muy elegante.
Podían agilizar parte del proceso si ella ponía los caballetes y el las tablas de las mesas, pero una vez montaran ya todo esto no sabia que les darían de faena, en un principio después de hacer todo lo del salón tendrían que vigilar que ningún indeseable viniera a fastidiar la boda de los afortunados.
Alibaba- Rango E
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Re: [Misión E] El Banquete [Sayen - Necalli]
Con un asentimiento firme pero acompañado por una sonrisa, la muchacha comenzó a seguir su tarea. Llevó desde donde estaba los tres caballetes y los acomodó a una distancia equitativa teniendo en cuenta el tamaño de la tabla que iba a ir sobre ellos. Sin embargo, se quedó un poco rezagada con el trabajo al notar que alguien vestido de negro, todo de negro, pasaba del otro lado de uno de los ventanales del lugar. Aquella silueta le dio un poco de mala espina pero se dijo que podría ser cualquiera de los camareros del sitio. Sacudió la cabeza, se dio ánimos, y caminó de nuevo a buscar el resto de los caballetes porque de algo estaba segura: no podría cargar con el peso de las tablas. Era bueno tener de compañero a un hombre que se mostraba atlético y que podía cargar las planchas.
Se encargó entonces de llevar los otros tres caballetes hasta el lugar correspondiente, notando que el joven Necalli ya tenía todo terminado en una de las mesas, y se acercó luego a su compañero con una idea en la cabeza. ¡Necalli se la sacó de la boca! Lo observó con sorpresa y se llevó una mano a los labios para ocultar una risa de un par de carcajadas suaves que se perdieron en el barullo del interior.
Sayen asintió una vez y se llevó las manos a la cadera.
—Me ha sacado las palabras, joven —le dijo con una sonrisa entretenida y desbaratando su postura antes de señalar con una mano las planchas de madera—. No puedo cargar con ellas pero, si usted las lleva, yo me haré responsable de lo demás —dijo haciendo referencia a la colocación de los manteles, decoraciones y cuberterías.
Pasó a un lado de él para tomar entre sus manos los dos manteles que restaban y luego se acercó a Necalli de nuevo, animándose a quedar a un metro de distancia. Desde allí lo observó a los ojos y señaló hacia afuera del lugar.
—Por si acaso, sería bueno apresurarnos y pasar a la función de guardia. Algo me da mala espina —le dijo para no tener que explicarle la figura que había visto pasar ni su excusa mental sobre la posibilidad de que fuera un trabajador de la fiesta. Era muy largo y, de todas formas, tendrían que hacer de guardias, esa era la parte que la ponía más nerviosa. Esperaba poder hacerlo bien.
Se encargó entonces de llevar los otros tres caballetes hasta el lugar correspondiente, notando que el joven Necalli ya tenía todo terminado en una de las mesas, y se acercó luego a su compañero con una idea en la cabeza. ¡Necalli se la sacó de la boca! Lo observó con sorpresa y se llevó una mano a los labios para ocultar una risa de un par de carcajadas suaves que se perdieron en el barullo del interior.
Sayen asintió una vez y se llevó las manos a la cadera.
—Me ha sacado las palabras, joven —le dijo con una sonrisa entretenida y desbaratando su postura antes de señalar con una mano las planchas de madera—. No puedo cargar con ellas pero, si usted las lleva, yo me haré responsable de lo demás —dijo haciendo referencia a la colocación de los manteles, decoraciones y cuberterías.
Pasó a un lado de él para tomar entre sus manos los dos manteles que restaban y luego se acercó a Necalli de nuevo, animándose a quedar a un metro de distancia. Desde allí lo observó a los ojos y señaló hacia afuera del lugar.
—Por si acaso, sería bueno apresurarnos y pasar a la función de guardia. Algo me da mala espina —le dijo para no tener que explicarle la figura que había visto pasar ni su excusa mental sobre la posibilidad de que fuera un trabajador de la fiesta. Era muy largo y, de todas formas, tendrían que hacer de guardias, esa era la parte que la ponía más nerviosa. Esperaba poder hacerlo bien.
Sayen- Rango E
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Re: [Misión E] El Banquete [Sayen - Necalli]
Al parecer Necalli había acertado con su idea de cargar el con las tablas que junto a las caballetes formarían una mesa, por su contextura física no parecía una mujer de gran fuerza muscular con la que poder cargar con el peso con relativa facilidad, no es que el joven de cabellos naranjas fuera la fuerza hecha persona y pudiera cargar incluso con una casa sobre los hombros. Pero cargo con una de las tablas ya que ella estaba de acuerdo de que el se ocupara del trabajo de peso, pero sus siguientes palabras hicieron que se detuviera apoyando la tabla en el suelo mientras se quedo pensando analizando la frase ¿Podía haber visto o escuchado algo? No vio a nadie acercarse a este lugar de la sala por lo que de hablar con alguien ya lo descartaba, pero quiza vio algo sospechoso por lo alrededores, eso estaba muy bien por que no estaban aquí simplemente para montar las mesas si no que también estaban para ejercer de "guarda espaldas" del banquete por decirlo de alguna manera, formaban parte de la seguridad del evento.- Esta bien, ve colocando los caballetes y yo montare las tablas, luego ponemos los manteles, vajilla y cubiertos juntos -
Comento con una sonrisa, para luego volver a levantar la tabla para llevarla hacia los siguientes caballetes que Sayen preparo, y así iba haciendo con las tablas para ir terminando el mayor numero de mesas posibles.- ¿Y tu eres de esta ciudad? Yo no, y debo reconocer que al principio me perdí un poco... ¡Ah! -Grito, y fue en ese momento que Necalli recordó que llevaba algo en el bolsillo, algo que había comprado para su compañera de trabajo antes de venir, por lo que puso la ultima tabla ya sobre los caballetes, y rápidamente fue a buscar en sus bolsillos el regalo, el cual esperaba no haber perdido.
Entonces, sin querer propasar sus modales se acerco a ella con cuidado, y extendió sus brazos para enseñarle lo que le había comprado.- ¡Toma! Compre esto para mi compañero de trabajo, para llevarnos mejor y como no sabia si seria chico o chica... Escogí esto, espero que te agrade -Necalli aguardo con una sonrisa en el rostro esperando que ella aceptara su regalo de buenas maneras, para así poder terminar con esta tarea, y ponerse con la de vigilar la sala e intentar terminar de manera correcta el trabajo para el que fueron contratados, a poder ser sin contratiempos de por medio pero, Necalli no era una persona que fuera particularmente afortunada, por lo que todo se podía poner en su contra en cualquier momento.
Comento con una sonrisa, para luego volver a levantar la tabla para llevarla hacia los siguientes caballetes que Sayen preparo, y así iba haciendo con las tablas para ir terminando el mayor numero de mesas posibles.- ¿Y tu eres de esta ciudad? Yo no, y debo reconocer que al principio me perdí un poco... ¡Ah! -Grito, y fue en ese momento que Necalli recordó que llevaba algo en el bolsillo, algo que había comprado para su compañera de trabajo antes de venir, por lo que puso la ultima tabla ya sobre los caballetes, y rápidamente fue a buscar en sus bolsillos el regalo, el cual esperaba no haber perdido.
Entonces, sin querer propasar sus modales se acerco a ella con cuidado, y extendió sus brazos para enseñarle lo que le había comprado.- ¡Toma! Compre esto para mi compañero de trabajo, para llevarnos mejor y como no sabia si seria chico o chica... Escogí esto, espero que te agrade -Necalli aguardo con una sonrisa en el rostro esperando que ella aceptara su regalo de buenas maneras, para así poder terminar con esta tarea, y ponerse con la de vigilar la sala e intentar terminar de manera correcta el trabajo para el que fueron contratados, a poder ser sin contratiempos de por medio pero, Necalli no era una persona que fuera particularmente afortunada, por lo que todo se podía poner en su contra en cualquier momento.
Alibaba- Rango E
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Re: [Misión E] El Banquete [Sayen - Necalli]
Con los manteles debajo de un brazo, ella caminó de nuevo hacia los caballetes para asegurarse de que todos estuvieran colocados correctamente y con las patas bien apoyadas para que el trabajo no se viniera abajo cuando el joven llevara las tablas allí. Aseguró bien los caballetes con las trabas correspondientes y se hizo a un lado mientras Necalli dejaba la primera tabla sobre los soportes. Se hizo a un lado para, en cuanto el tablón estuvo puesto, extender el un mantel mientras el otro quedaba rezagado en una punta de la mesa armada y encargarse de dejar la tela sin arrugas allí.
La pregunta de Necalli la obligó a mover la cabeza de un lado a otro. Ella no era de allí ni de ninguna parte, luego de haber sido obligada por circunstancias personales a abandonar su pueblo y haber pasado una temporada en Bosco en contra de su voluntad, sentía que siquiera tenía un verdadero sitio al cual pertenecer. Una parte de ella, sin saberlo, buscaba un lugar donde poder volver cada vez. Pero no, no era de esa ciudad, era solo una vagabunda ciudadana de Fiore que se la pasaba viajando y buscando a alguien, yendo de un lugar a otro sin un sitio al que regresar.
—Lo siento, no soy de aquí, aunque he venido algunas veces —respondió con una risa final al saber que él se había perdido. Era normal, esa ciudad era muy particular aunque siempre que se perdía había cerca un niño o una mujer amable que le indicara el camino.
El grito de su compañero la hizo dar un salto en el lugar, mientras estaba tomando el mantel que sobraba, y verlo con cuidado mientra su corazón latía fuerte presa de la adrenalina. ¿Qué le pasaba? Achicó los ojos al verlo revolver los bolsillos, más precavida que desconfiada, y notó que él sacaba algo de allí mientras se acercaba a su posición. De manera disimulada, Sayen se alejó un paso por la repentina cercanía y observó entonces lo que le mostraba. Ladeó la cabeza. ¿Un regalo? ¿Para ella? ¿Por qué?
Parpadeó un par de veces, sorprendida por la elección del muchacho y su predisposición. Aquello la hizo sonreír un poco y, como si pudiera bastar para agradecerle, se acercó a él el paso que había retrocedido. Lo miró a los ojos un momento y tomó la lacryma en su mano para poder verla. Era pequeña pero hermosa.
—Gracias, Necalli, no era necesario —le dijo con ampliando la sonrisa, con una mirada llena de ternura. Aquel muchacho era muy extraño, nadie se detenía en detalles así por un desconocido. Cerró la mano alrededor del cristal y se la llevó luego al pecho—. Argh, ahora me siento un poco mal por no poder corresponder el gesto —comentó ella repentinamente contrariada y sacudió la cabeza—. Déjame devolverte el gesto algún día, ¿de acuerdo?
Le pidió guiñándole un ojo al final con cierta coquetería que casi era natural para ella. Fue entonces cuando notó que el hombrecito extraño que resultaba ser le jefe de ambos se acercó a ellos con una mirada reprobatoria, observó las mesas, carraspeó, los observó a ambos y la maga sintió que se le sonrojaban las mejillas.
—¡Ya... ya casi terminamos! —explicó apresurándose a colocar el otro mantel en la mesa y corriendo a la despensa para encontrar las decoraciones de esta. Una vez terminaran, sin réplicas ni preguntas, deberían hacer la guardia correspondiente.
La pregunta de Necalli la obligó a mover la cabeza de un lado a otro. Ella no era de allí ni de ninguna parte, luego de haber sido obligada por circunstancias personales a abandonar su pueblo y haber pasado una temporada en Bosco en contra de su voluntad, sentía que siquiera tenía un verdadero sitio al cual pertenecer. Una parte de ella, sin saberlo, buscaba un lugar donde poder volver cada vez. Pero no, no era de esa ciudad, era solo una vagabunda ciudadana de Fiore que se la pasaba viajando y buscando a alguien, yendo de un lugar a otro sin un sitio al que regresar.
—Lo siento, no soy de aquí, aunque he venido algunas veces —respondió con una risa final al saber que él se había perdido. Era normal, esa ciudad era muy particular aunque siempre que se perdía había cerca un niño o una mujer amable que le indicara el camino.
El grito de su compañero la hizo dar un salto en el lugar, mientras estaba tomando el mantel que sobraba, y verlo con cuidado mientra su corazón latía fuerte presa de la adrenalina. ¿Qué le pasaba? Achicó los ojos al verlo revolver los bolsillos, más precavida que desconfiada, y notó que él sacaba algo de allí mientras se acercaba a su posición. De manera disimulada, Sayen se alejó un paso por la repentina cercanía y observó entonces lo que le mostraba. Ladeó la cabeza. ¿Un regalo? ¿Para ella? ¿Por qué?
Parpadeó un par de veces, sorprendida por la elección del muchacho y su predisposición. Aquello la hizo sonreír un poco y, como si pudiera bastar para agradecerle, se acercó a él el paso que había retrocedido. Lo miró a los ojos un momento y tomó la lacryma en su mano para poder verla. Era pequeña pero hermosa.
—Gracias, Necalli, no era necesario —le dijo con ampliando la sonrisa, con una mirada llena de ternura. Aquel muchacho era muy extraño, nadie se detenía en detalles así por un desconocido. Cerró la mano alrededor del cristal y se la llevó luego al pecho—. Argh, ahora me siento un poco mal por no poder corresponder el gesto —comentó ella repentinamente contrariada y sacudió la cabeza—. Déjame devolverte el gesto algún día, ¿de acuerdo?
Le pidió guiñándole un ojo al final con cierta coquetería que casi era natural para ella. Fue entonces cuando notó que el hombrecito extraño que resultaba ser le jefe de ambos se acercó a ellos con una mirada reprobatoria, observó las mesas, carraspeó, los observó a ambos y la maga sintió que se le sonrojaban las mejillas.
—¡Ya... ya casi terminamos! —explicó apresurándose a colocar el otro mantel en la mesa y corriendo a la despensa para encontrar las decoraciones de esta. Una vez terminaran, sin réplicas ni preguntas, deberían hacer la guardia correspondiente.
Sayen- Rango E
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Re: [Misión E] El Banquete [Sayen - Necalli]
Tenían que acelerar el ritmo ante la presencia inquisidora del jefe, la verdad es que el hombre imponía respeto por que ambos sabían que él era el jefe, si no una persona de esas proporciones era incapaz de intimidar ni siquiera a un niño. Con esas piernas como patas de flamenco, el cuerpo amorfo como botijo y esa cabeza ovalada, la verdad es que era un hombre extraño... Por lo menos físicamente hablando por que lo que es de carácter lo desconocía totalmente ya que no entablo mas conversación que para saber cual era su tarea. Estaba de acuerdo si ella queria arreglar el asunto del regalo regalandole algo al joven, pero este estaba dispuesto a aceptar el regalo de ella por que no quería que se sintiera mal. Terminaban de montar las mesas colocando los manteles y todos los utensilios que iban sobre estas adornandolas todas de la misma manera para que quedaran todas simétricas, ninguna con un cubierto de mas o de menos, los platos perfectamente colocados con sus copas, a pesar de ir rápido estaban haciendo bien su tarea para no tener problemas de nuevo con el jefe no sea que decidiera despedirles.- Uff... Bueno, ¿No tardamos tanto no? -Comento en un tono bromista mientras que con la manga de su gabardina secaba su frente algo sudada por las prisas que tuvieron que darse en montar el resto de mesas.
Ahora es como si fuera un cambio de turnos y tendrían que encargarse de la vigilancia, no tardarían en llegar los novios con los invitados a la sala del convite, por ello desde ahora debían permanecer en alerta por cualquier cosa que pudiera pasar, debían cumplir su función de protectores.
Necalli caminaba por el salón con total tranquilidad, mientras miraba a su alrededor, viendo como todos terminaban ya con los últimos de talles de este gran salón. Prácticamente al terminar de organizarlo todo comenzaron a llegar los invitados y todo se volvió un coas de un momento.- Pe-Pero... -Una gota de sudor salio de su sien, mientras veía entrar todo tipo de gente vestida de manera elegante ¿Como diablos protegerían a tanta gente? Por culpa de todo el alboroto, el muchacho no llego a percatarse que entre toda la gente se colo una persona de infiltrada... Mientras Necalli miro a su compañera mientras no quitaba la vista de la multitud de gente que entraba.- ¿Sugerencias? Las acepto encantado... Son mas personas que un rebaño de ovejas -Se notaba que era un evento importante...
Ahora es como si fuera un cambio de turnos y tendrían que encargarse de la vigilancia, no tardarían en llegar los novios con los invitados a la sala del convite, por ello desde ahora debían permanecer en alerta por cualquier cosa que pudiera pasar, debían cumplir su función de protectores.
Necalli caminaba por el salón con total tranquilidad, mientras miraba a su alrededor, viendo como todos terminaban ya con los últimos de talles de este gran salón. Prácticamente al terminar de organizarlo todo comenzaron a llegar los invitados y todo se volvió un coas de un momento.- Pe-Pero... -Una gota de sudor salio de su sien, mientras veía entrar todo tipo de gente vestida de manera elegante ¿Como diablos protegerían a tanta gente? Por culpa de todo el alboroto, el muchacho no llego a percatarse que entre toda la gente se colo una persona de infiltrada... Mientras Necalli miro a su compañera mientras no quitaba la vista de la multitud de gente que entraba.- ¿Sugerencias? Las acepto encantado... Son mas personas que un rebaño de ovejas -Se notaba que era un evento importante...
Alibaba- Rango E
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Re: [Misión E] El Banquete [Sayen - Necalli]
Apresurados por la presión del jefe, que más imponía por su mirada que por otra cosa, Sayen y Necalli pusieron manos a la obra con tal de quitarse esa parte del trabajo de encima no retrasar el ingreso de las personas. Como por lo general ocurre, la maga esperó que el papel de ellos fuera estar en la puerta vigilando las personas que entraban y salían para buscar algo raro. Sin embargo, estaba claro que las cosas no serían tan simples. Nuca lo eran a decir verdad.
Finalizaron la tarea con un tiempo justo y la maga se rió un poco al ver que el joven se había apresurado tanto como ella. Incluso unas gotitas de sudor se le habían resbalado de la frente a la maga al correr con cuidado sobre el piso resbaloso usando tacos como los de sus sandalias. ¡Tenía que ser una fiesta donde pidieran hacer las cosas rápido! Era complicado correr con esas cosas y además tener cuidado con el largo de su falda. Tal vez debería haber aceptado la oferta de un traje de tres piezas con pantalón que la vendedora le había mostrado.
Sacudió la cabeza para apartar la mirada y tras acomodar una flor que se había caído, siguió a Necalli por el lugar justo en el momento en que todo el mundo empezaba a entrar. En vez de vigilar en la entrada, al parecer le organizador pensó que sería mejor dejar a todos entrar como si nada y abrió las puertas antes de que lo magos llegaran. Sayen se congeló en el lugar, de pronto nerviosa, y comenzó a observar hacia todos lados. ¡Así sería imposible!
—Necesitamos un lugar con buen rango de visión —propuso ella buscando alguno con su mirad,a poniéndose en puntas de pie para ver mejor e ignorando la molestia de alerta que sintió cuando un hombre más alto que Necalli pasó a su lado—. ¡Allí!
Señaló una tarima donde estaban las mesas con adornos y tomó al muchacho de su ropa para arrastrarlo un par de pasos con ella y que no se perdiera. Caminó liderando el sendero hasta allí y subió los dos escalones que separaban aquella tarima del suelo. Con su ropa delicada, ella podría pasar por una invitada más y le daba una ventaja para observar el salón entero. Buscó con sus ojos violeta algo que resaltara, algo diferente, y notó que por la mitad del salón una persona andaba encorvada y murmurando.
Con un movimiento de la cabeza se lo señaló a Necalli, esperando que también lo vieran.
Finalizaron la tarea con un tiempo justo y la maga se rió un poco al ver que el joven se había apresurado tanto como ella. Incluso unas gotitas de sudor se le habían resbalado de la frente a la maga al correr con cuidado sobre el piso resbaloso usando tacos como los de sus sandalias. ¡Tenía que ser una fiesta donde pidieran hacer las cosas rápido! Era complicado correr con esas cosas y además tener cuidado con el largo de su falda. Tal vez debería haber aceptado la oferta de un traje de tres piezas con pantalón que la vendedora le había mostrado.
Sacudió la cabeza para apartar la mirada y tras acomodar una flor que se había caído, siguió a Necalli por el lugar justo en el momento en que todo el mundo empezaba a entrar. En vez de vigilar en la entrada, al parecer le organizador pensó que sería mejor dejar a todos entrar como si nada y abrió las puertas antes de que lo magos llegaran. Sayen se congeló en el lugar, de pronto nerviosa, y comenzó a observar hacia todos lados. ¡Así sería imposible!
—Necesitamos un lugar con buen rango de visión —propuso ella buscando alguno con su mirad,a poniéndose en puntas de pie para ver mejor e ignorando la molestia de alerta que sintió cuando un hombre más alto que Necalli pasó a su lado—. ¡Allí!
Señaló una tarima donde estaban las mesas con adornos y tomó al muchacho de su ropa para arrastrarlo un par de pasos con ella y que no se perdiera. Caminó liderando el sendero hasta allí y subió los dos escalones que separaban aquella tarima del suelo. Con su ropa delicada, ella podría pasar por una invitada más y le daba una ventaja para observar el salón entero. Buscó con sus ojos violeta algo que resaltara, algo diferente, y notó que por la mitad del salón una persona andaba encorvada y murmurando.
Con un movimiento de la cabeza se lo señaló a Necalli, esperando que también lo vieran.
Sayen- Rango E
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Re: [Misión E] El Banquete [Sayen - Necalli]
El joven siguió a su compañera con un paso rápido para alejarse de toda esa multitud, la verdad es que la chica tenia ideas muy buenas para realizar con buen pie la misión que tenían por delante, ahora quedaba el tema de vigilar a cualquiera que tuviera un aspecto sospechoso, debían procurar el bien estar de los novios e incluso de todos los integrantes de esa fiesta. Aunque Necalli también pensó que la chica estaba algo apurada por salir de toda esa multitud ya que lo jalo de la ropa, pero la verdad es que desde esa posición podían observar a todos los invitados ¿Donde estaban los novios? Seguro que llegarían en poco ya que solían ser los últimos en llegar, pero entonces el muchacho observo como su compañera hizo un gesto con la cabeza para que el joven se fijara en un hombre que iba un tanto encorvado, y con una actitud muy diferente a la del resto de los invitados...
Pero la atención del muchacho se vio truncada cuando vio que llegaron los novios, toda la gente comenzó a aplaudir ademas de comenzar a hacerse a ambos lados de la sala, dejando paso libre a los novios hasta la mesa mas grande del lugar. Incluso Necalli aplaudía la situación pero, el hombre encorvado apareció de nuevo en el campo de visión del muchacho y parecía que iba acechando a los novios.- ¿Ves lo mismo que yo?... - Comento el joven, mientras caminaba hasta ponerse al lado de Sayen y colocar la mano en su hombro para susurrarle.- Voy por ese lado, tu ve por el otro, no me fió de ese hombre... -Alego señalando el lado derecho de la multitud, a la vez que descendía las escaleras que subió previamente para infiltrarse entre la gente intentando no perder de vista a ese sujeto.
Se iba acercando a ese tipo que, se estaba colocando muy sospechosamente a un lado de los novios y, entonces fue que Necalli se movió tan rápido como pudo hasta tomar el ante brazo de ese tipo pues parecía que iba a sacar algo de uno de sus bolsillos. Ese hombre al sentir como le sujetaban del brazo, ladeo para ver al muchacho de cabellos naranjas que lo miraba de manera fea, y reacciono golpeándolo en el pecho haciendo que Necalli retrocediera y salio corriendo.- ¡Oe! ¡Sayen va por ahi! -La gente se altero al ver como golpeaban al joven y este retrocedía, pero por suerte el sospechoso iba en la dirección opuesta de la que vino Neca, por donde le señalo a Sayen que fuera.
Pero la atención del muchacho se vio truncada cuando vio que llegaron los novios, toda la gente comenzó a aplaudir ademas de comenzar a hacerse a ambos lados de la sala, dejando paso libre a los novios hasta la mesa mas grande del lugar. Incluso Necalli aplaudía la situación pero, el hombre encorvado apareció de nuevo en el campo de visión del muchacho y parecía que iba acechando a los novios.- ¿Ves lo mismo que yo?... - Comento el joven, mientras caminaba hasta ponerse al lado de Sayen y colocar la mano en su hombro para susurrarle.- Voy por ese lado, tu ve por el otro, no me fió de ese hombre... -Alego señalando el lado derecho de la multitud, a la vez que descendía las escaleras que subió previamente para infiltrarse entre la gente intentando no perder de vista a ese sujeto.
Se iba acercando a ese tipo que, se estaba colocando muy sospechosamente a un lado de los novios y, entonces fue que Necalli se movió tan rápido como pudo hasta tomar el ante brazo de ese tipo pues parecía que iba a sacar algo de uno de sus bolsillos. Ese hombre al sentir como le sujetaban del brazo, ladeo para ver al muchacho de cabellos naranjas que lo miraba de manera fea, y reacciono golpeándolo en el pecho haciendo que Necalli retrocediera y salio corriendo.- ¡Oe! ¡Sayen va por ahi! -La gente se altero al ver como golpeaban al joven y este retrocedía, pero por suerte el sospechoso iba en la dirección opuesta de la que vino Neca, por donde le señalo a Sayen que fuera.
Alibaba- Rango E
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Re: [Misión E] El Banquete [Sayen - Necalli]
Cuando pensó que las cosas no podían complicarse, los novios llegaron apenas después que los invitados y la repentina ola de aplausos la confundió un poco. Elevó la mirada para ver qué ocurrida y cuando volvió a buscar al hombre encorvado, ya se había perdido su figura de negro en el gentío. Soltó un chasquido, sabiendo que eso podrían ser problemas, volvió la mirada a Necalli a su lado e intentó seguir su mirada que de pronto se quedó fija en algo.
Sabiendo que eso podía ser una pista, la maga volvió la mirada y encontró a la figura negra aún más cerca de los novios que antes. ¡Eso era malo! ¡Muy malo! Asintió una vez y estuvo a punto de dar un paso hacia adelante cuando sintió una mano en su hombro. Por puro reflejo, se puso tensa, y escuchar la voz de Necalli tan cerca le dio un poco de cosquillas al mismo tiempo que su estómago se sentía tieso. Bueno, no había reacción no había estado tan mal, ¿verdad? Asintió una vez más y siguió las indicaciones del joven.
Bajó los escalones de la tarima y comenzó a andar haciendo un medio círculo en dirección al hombre. Estaba midiendo la distancia, después de todo su magia necesitaba algo de espacio y visibilidad sino no serviría de nada y debía tomar al hombre por sorpresa para evitar que se moviera. Neca tendría que hacer la parte complicada al parecer y de hecho lo había hecho. Se movió rápido hasta detener al hombre por uno de sus brazos pero en seguida fue golpeado por el agresor y este último escapó.
Sayen se preparó y antes de que la voz de Necalli se alzara y extendió una mano hacia adelante llamando a su magia. A unos tres metros de ella, justo en medio del camino del hombre, se apareció una pequeña figura rosa que clavó sus ojos en el sujeto. El hombre encorvado se detuvo por reflejo, sus ojos se cruzaron con la criatura y de pronto el mayor retrocedió tambaleándose como si se hubiera mareado.
—¡Atrápalo!
Sabiendo que eso podía ser una pista, la maga volvió la mirada y encontró a la figura negra aún más cerca de los novios que antes. ¡Eso era malo! ¡Muy malo! Asintió una vez y estuvo a punto de dar un paso hacia adelante cuando sintió una mano en su hombro. Por puro reflejo, se puso tensa, y escuchar la voz de Necalli tan cerca le dio un poco de cosquillas al mismo tiempo que su estómago se sentía tieso. Bueno, no había reacción no había estado tan mal, ¿verdad? Asintió una vez más y siguió las indicaciones del joven.
Bajó los escalones de la tarima y comenzó a andar haciendo un medio círculo en dirección al hombre. Estaba midiendo la distancia, después de todo su magia necesitaba algo de espacio y visibilidad sino no serviría de nada y debía tomar al hombre por sorpresa para evitar que se moviera. Neca tendría que hacer la parte complicada al parecer y de hecho lo había hecho. Se movió rápido hasta detener al hombre por uno de sus brazos pero en seguida fue golpeado por el agresor y este último escapó.
Sayen se preparó y antes de que la voz de Necalli se alzara y extendió una mano hacia adelante llamando a su magia. A unos tres metros de ella, justo en medio del camino del hombre, se apareció una pequeña figura rosa que clavó sus ojos en el sujeto. El hombre encorvado se detuvo por reflejo, sus ojos se cruzaron con la criatura y de pronto el mayor retrocedió tambaleándose como si se hubiera mareado.
—¡Atrápalo!
- Técnica:
- Axolotl
Descripción: Puede crear la imagen de un tierno axolotl rosado con detalles en cian que se enfrenta al adversario con un rostro de tristeza y que hace que cualquier que lo mire aunque sea una vez huela en el aire un perfume dulzón que causa mareos por 1 post. El aroma es como a rosas y jazmines mezclados, como si uno estuviera rodeado de esas flores de pronto.
El efecto del animalito, que puede moverse alrededor de su dueña a una distancia menor de 7 metros en cualquier dirección, no mide más de 40 cm de largo
Puntos débiles:
-Son intangibles.
-No funciona contra los animales ni los magos de transformación.
-Es difícil de ver a más de 10 metros de distancia dela posición del animalito.
-En los pastizales altos se pierde.
-Su efecto sólo cuenta si se lo mira a los ojos.
Duración: 2 post.
Recarga: 3 post.
Veces por tema: 2 veces.
Imagen:- Axolotl:
Artista: Loréne Barioz
Sayen- Rango E
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Re: [Misión E] El Banquete [Sayen - Necalli]
Sayen actuó con una velocidad que dejo a Necalli sin habla, estaba preparada para una situación como esta dada su reacción que, hizo que el hombre que golpeo al joven se quedara algo anonadado y sin capacidad de reacción, cosa que aprovecharía el joven que comenzó a emplear su magia, haciendo que de su cuerpo emanara una fuerte luz blanca lo que provoco que la gente se apartara de este. Acto seguido salio tan rápido como pudo desde el punto donde se encontraba hasta donde estaba su objetivo y rodeando su cuello con un brazo, y con el otro haciendo el agarre mas fuerte comenzó a "estrangularlo" de manera moderada hasta que este por la falta de aire perdió las fuerzas, y lo ayudo a caer al suelo. Acto seguido se puso de cuclillas para atar las muñecas del tipo que comenzaba a recuperar el sentido, y lo ayudo a ponerse en pie y sentarlo en una silla, la fiesta se había detenido por todo esto que había pasado.- Quieto ahí... ¿Estas bien Sayen? -Comento el muchacho mientras le dedicaba una sonrisa a su compañera, y la luz que cubría su cuerpo desaparecía.
El joven se rasco la parte de atrás de la cabeza para luego ver como se acercaba el jefe de la sala y los novios a donde estaban ellos. Todo se volvió mas alterado cuando se descubrió que los novios conocían al agresor, bueno, a quien intento agredir a la pareja de los novios, al parecer era un ex novio de la novia que quería pagar su frustración con el cuerpo del segundo protagonista de la boda. El muchacho suspiro pensando en que era ridículo que de verdad quisiera pagar su frustración a golpes ¿Acaso servia de algo? No, pero mientras todos discutían con el agresor el joven de cabellos naranjas se colo al lado de su compañera con los brazos cruzados, y le dio un leve toque con el codo.- Gracias a ti lo atrapamos. Hacemos un buen equipo ¿No? -Comento con una sonrisa, para luego ver como venia el jefe de sala a agradecerles por esta labor, que ambos magos habían podido lidiar con esto antes de que se volviera un problema mayor, a lo que el joven aclaro que fue un placer ayudar mientras que unos trabajadores de la sala se llevaban al ex novio. Aun tenían que quedarse hasta acabar, pero parecía que todo iba a ir mejor.
El joven se rasco la parte de atrás de la cabeza para luego ver como se acercaba el jefe de la sala y los novios a donde estaban ellos. Todo se volvió mas alterado cuando se descubrió que los novios conocían al agresor, bueno, a quien intento agredir a la pareja de los novios, al parecer era un ex novio de la novia que quería pagar su frustración con el cuerpo del segundo protagonista de la boda. El muchacho suspiro pensando en que era ridículo que de verdad quisiera pagar su frustración a golpes ¿Acaso servia de algo? No, pero mientras todos discutían con el agresor el joven de cabellos naranjas se colo al lado de su compañera con los brazos cruzados, y le dio un leve toque con el codo.- Gracias a ti lo atrapamos. Hacemos un buen equipo ¿No? -Comento con una sonrisa, para luego ver como venia el jefe de sala a agradecerles por esta labor, que ambos magos habían podido lidiar con esto antes de que se volviera un problema mayor, a lo que el joven aclaro que fue un placer ayudar mientras que unos trabajadores de la sala se llevaban al ex novio. Aun tenían que quedarse hasta acabar, pero parecía que todo iba a ir mejor.
- Tecnicas:
- White Drive
Necalli libera luz blanca de todas las partes de su cuerpo, cubriéndolo por completo por esa luz la cual fluye sin pausa por su cuerpo y dejando una estela blanca en cada movimiento que hace. Esto amplía el rendimiento físico de su cuerpo haciendo que se mueva un poco mas rápido "un 15%".
Puntos débiles:
-Si llega al ultimo turno de duración, la recarga aumenta en +1 por el exceso de concentración magica.
-Al moverse mas rápido aumenta el daño que recibe al ser impactado.
Duracion: 3 post.
Recarga: 3 post.
Veces por tema: 2 veces.
Alibaba- Rango E
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Re: [Misión E] El Banquete [Sayen - Necalli]
La reacción rápida de Necalli, envuelto en una luz blanca que la dejó sorprendida, hizo que pronto el hombre estuviera atrapado. El muchacho le ató las manos bajo la mirada de todos los estupefactos presentes y mientras ella se acercaba le preguntó si se encontraba bien. La muchacha contestó con un asentamiento tranquilo, correspondiendo la sonrisa del joven con una naturalidad que le sorprendió. ¡Vaya! En algún punto se había soltado y estaba relajada en su presencia. Eso era agradable.
Cuando el organizador y los novios se acercaron, la historia y relaciones de la pareja con aquel hombre estaban claras. Un ataque por despecho, eso es lo que el agresor quiso hacer y fue frustrado rápidamente. Al parecer esa era la principal razón por la que la pareja había pedido protección y era bueno saber que sólo le temían a aquel hombre. ¿Qué podría haber ocurrido si ellos no estaban allí? No quería pensarlo demasiado.
Mientras las personas se descargaban con el hombre, Necalli se acercó a su lado y notó que le tocaba un codo. Lo vio cerca de ella, con una sonrisa, diciendo aquello y no pudo evitar sonrojarse un poco por la vergüenza con sonreír con algo de pena. Ella no creía ser tan buena pero la animaba saber que alguien reconocía la poca ayuda que podía dar, se sentía un poco más útil pese a que su magia apenas tenía efectos prácticos en la batalla.
—Hemos hecho un buen trabajo —le respondió contenta con ello.
Poco después, la guardia de la ciudad llegó para llevarse al agresor y la fiesta continuó. El jefe de ambos los llevó aparte tras que revisaran que no había alguien extraño, y les dijo que podían retirarse si querían pues el trabajo estaba terminado. Con un ánimo más relajado y feliz por poder apartarse del tumulto de gente, Sayen decidió partir tras saludar a Necalli. La verdad es que le habría interesado conocer más a aquel amable muchacho pero no era el momento indicado, ella estaba abrumada por la fiesta y los pies comenzaban a dolerle tras usar tacones altos.
Con la promesa de que harían otra misión juntos alguna vez, Sayen se despidió de Necalli con el pensamiento de que hacía mucho tiempo no conocía a alguien tan dulce como él. Por un momento recordó a Aaron y a Dante pero resopló con gracia. No, no había punto de comparación entre ese muchacho y el mago que había sido su compañero esa tarde.
Cuando el organizador y los novios se acercaron, la historia y relaciones de la pareja con aquel hombre estaban claras. Un ataque por despecho, eso es lo que el agresor quiso hacer y fue frustrado rápidamente. Al parecer esa era la principal razón por la que la pareja había pedido protección y era bueno saber que sólo le temían a aquel hombre. ¿Qué podría haber ocurrido si ellos no estaban allí? No quería pensarlo demasiado.
Mientras las personas se descargaban con el hombre, Necalli se acercó a su lado y notó que le tocaba un codo. Lo vio cerca de ella, con una sonrisa, diciendo aquello y no pudo evitar sonrojarse un poco por la vergüenza con sonreír con algo de pena. Ella no creía ser tan buena pero la animaba saber que alguien reconocía la poca ayuda que podía dar, se sentía un poco más útil pese a que su magia apenas tenía efectos prácticos en la batalla.
—Hemos hecho un buen trabajo —le respondió contenta con ello.
Poco después, la guardia de la ciudad llegó para llevarse al agresor y la fiesta continuó. El jefe de ambos los llevó aparte tras que revisaran que no había alguien extraño, y les dijo que podían retirarse si querían pues el trabajo estaba terminado. Con un ánimo más relajado y feliz por poder apartarse del tumulto de gente, Sayen decidió partir tras saludar a Necalli. La verdad es que le habría interesado conocer más a aquel amable muchacho pero no era el momento indicado, ella estaba abrumada por la fiesta y los pies comenzaban a dolerle tras usar tacones altos.
Con la promesa de que harían otra misión juntos alguna vez, Sayen se despidió de Necalli con el pensamiento de que hacía mucho tiempo no conocía a alguien tan dulce como él. Por un momento recordó a Aaron y a Dante pero resopló con gracia. No, no había punto de comparación entre ese muchacho y el mago que había sido su compañero esa tarde.
[Misión terminada]
Sayen- Rango E
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