[Misión] Encontrar un anillo no debe ser tan complicado.

—¡Yey!

Los ojos azules de la dama, iluminados por los rayos del sol que se cuelan entre los cabellos que ahora cubren su cara casi al completo, recorren con emoción las calles de Hargeon en busca de un lugar en particular para poder comenzar con la misión que la había llevado hasta allí. Se llevó una mano a su cara para poder apartar los mechones que impedían la visión total de su entorno, y empezó a caminar como si la calle le perteneciera. Sonriente, tomaba el papel entre sus manos, ignorando a las personas que se cruzaban en su alrededor sin siquiera prestarle atención, y comenzaba a leer en voz alta el objetivo y las condiciones del encargo. Un anillo de compromiso se perdió en una fuente dentro de la zona residencial, y debía ser recuperado de inmediato para un tal señor Bennu. Era irresponsable de su parte ¡Perder el sello que lo comprometería con el amor de su vida! sin duda un tonto.

Sintió aflicción al terminar de leer TODO el encargo junto con las condiciones impuestas, y gruñó por un momento al asimilar que el trabajo era de a dos ¡De a dos! ella no quería trabajar con otras personas, pero sabía del reglamento a seguir para aquellos magos que presentaban las condiciones que ella tenía impuestas, no porque quisiera estar en situación de mago independiente, sino porque las circunstancias la obligaban. Resopló con resignación y miraba hacia adelante, buscando un lugar idóneo para esperar al compañero que le tocaba, sin dejar de sentir ansia e incertidumbre.

Esperaba que no le tocase un imbécil, porque sino se iba a armar.

Lo malo de las misiones en grupo era eso, el tener un compañero al cual transmitirle o hacerle víctima de la mala suerte que la persigue desde el día en que dejó su casa. Bajó la mirada por un momento y se mantuvo impasible en aquella esquina descubierta y carente de personas que se movían rápidamente hacia sus destinos sin detenerse, sin siquiera pensar en el maravilloso día que  la naturaleza les regalaba. Releyó el papel y rogó a todo santo que se le cruzase por la mente que aparezca una persona que tenga el mismo encargo.

—Al menos hace un buen tiempo... espero que no empiece a llover —espetó con algo de seriedad y miraba hacia arriba, al cielo—. Siempre que digo algo acerca del buen tiempo, pasan cosas inexplicables y empieza a llover.

Al ver que una pequeña nube fugitiva se estaba haciendo presente en el cielo gruñó con mayor fuerza, apretando sus pequeñas manos en sí mismas como muestra de su frustración, provocando sustos en dos chicas que justamente caminaban cerca por causa de los ruidos furiosos que provenían de ella ¡Demonios! la buena suerte no parecía querer estar de su parte esta vez. Suspiró resignada y con un pequeño pedazo de rama afilada dejaba fija sobre su ropa la solicitud de la misión para que su compañero la encuentre, reposó su espalda sobre la pared más cercana que tenía y resopló de nueva cuenta, tuvo que haber leído con mayor detalle aquella solicitud antes de tomarla, pero presa de la emoción, no pensó en que esto podría ser el inicio de un desastre mayúsculo...

La primera misión de su vida con un compañero, que Dios ayude a la pobre alma que trabajará con ella.

Necalli caminaba con total tranquilidad por la ciudad de Hargeon sin prisa alguna, disfrutaba del dia que hacia hoy pues en poco tendría que iniciar una misión ¡Una mision! Si, le parecía curioso el que pidieran dos magos ¿Acaso no les importaba que fueran magos de gremios contrarios? Bueno, eso ya era cosa del cliente que encargo la misión, el joven de cabellos naranjas no era nadie como para cuestionar las peticiones de un cliente que necesitaba ayuda, aunque la verdad es que no le parecía una misión de lo mas complicada, seguro que de alguna manera el destino se ponía en contra de estos magos que se encargarían de buscar la preciada joya. Pero el joven iba tan inmerso en sus pensamientos que no se percato que estaba a punto de chocar con una pobre anciana que cargaba con una gran bolsa de la compra, cosa que al impactar con el cuerpo del joven se precipito al suelo haciendo que la compra se cayera por todas partes, y eso hizo que Necalli se alertara y fuera al instante a socorrer a la pobre señora que, ni siquiera le reclamo al joven por el impacto.- ¡O no! Disculpe, a sido culpa mía ya mismo le ayudo -Espeto el joven con nerviosismo, a lo que la señora le dijo que no se preocupara tanto que los accidentes existían, pero eso no impidió que el muchacho reagrupara toda la compra de la señora, y luego cargara el con la bolsa y ofrecerse a acompañarla a la casa cargando el con el peso, la señora insistía en que no era necesario pero al final cedió ante la insistencia del joven.

Sabia que llegaría tarde a la misión, pero no podía marcharse sin ayudar a esa señora que por su culpa había caído. Al llegar a la casa de la señora Necalli entro en la casa y dejo la compra sobre la mesa, a lo que la mujer le dio un trozo de pan como agradecimiento que Necalli acepto encantado, un trozo de pan era incluso mas de lo que el muchacho se esperaba recibir, pero no quería hacerle el feo a esa señora de no aceptarlo, por lo que se despidió y luego emprendió el camino de nuevo. La verdad es que se sentía un poco perdido en esta ciudad, era la primera vez que la pisaba, pero se desenvolvía bastante bien... O eso creía. Por fin llego al sitio donde debía acudir ¡Con una hora de retraso! Pero el joven seguía con una sonrisa en su rostro mientras miraba a su alrededor en la búsqueda de quien podría ser su compañero/a, la verdad es que circulaba bastante gente por lo que no era capaz de distinguir a su compañero hasta que ¡Aleluya! Se fijo en una joven que cargaba un papel que a primera vista era muy similar al suyo, por lo que se acerco a ella sin reparo alguno.

- ¡Aloh! Disculpa, ¿Estas aquí por este trabajo? -Le soltó con la mejor de sus sonrisas mientras le enseñaba su papel y el se fijaba en el de ella, en instantes comprendió que se debía tratar de su compañera en este caso, entonces fue cuando se percato de todo el tiempo que perdió en ayudar a la señora y casi perderse por la ciudad.- Ah... Esto... Perdona por la tardanza, tuve un pequeño encontronazo con una señora y tuve que ayudarla -Comento, para luego tenderle la mano.- Necalli, me llamo así mucho gusto -Añadió con la mano extendida a la espera de respuesta.

—¡¿Y a este o esta que le pasa?! Si hay un compañero, tiene que aparecer ¡YA!

Gruñó fuertemente mientras cruzaba ambos brazos con rabia irradiando de su cuerpo. No le gustaba imitar a un poste de luz por una hora completa, y menos teniendo en cuenta que no quería trabajar con compañeros ¡Estaban llegando tarde! Sin embargo, decidió esperar una hora más hasta que alguien aparezca para poder gritarle en la cara que es un tarado o tarada y que estaban llegando atrasados a trabajar. Después de un tiempo expeliendo rabia por doquier decidió calmarse, tenía que observar con mucha paciencia todo esto, era la primera vez que iba a trabajar con alguien ajeno, entonces no sabía cómo desenvolverse ante la expectativa de un desconocido que podía llegar a ser alguien amigable -o todo lo contrario, quién sabe-.

Por esos motivos decidió quedarse allí, esperar hasta que dichoso ser aparezca.

Estaba contenta al menos, la nube pasajera que había amenazado su sanidad mental hace unos momentos estaba desapareciendo de su vista ¡No habría lluvia! y eso la ponía más contenta de lo que en realidad alguien pudiese imaginar. Suspiró con algo de cansancio por estar casi una hora de pie, así que se sentó en el suelo y comenzó a mirar todo desde allí. Era obvio que la gente la confundiese con una loca vagabunda que pedía dinero por el simple hecho de estar acostada en medio de una esquina como si fuera una pobre desventurada, pero su ropa no estaba mal cuidada y ella se había peinado esta vez. El sentir que el metal de las monedas hacía ese repiqueteo en el suelo a cada minuto simplemente le extrañó ¡No tenía pinta de linyera! así que no era necesario que dejasen limosna.
Se contuvo la risa al ver que le seguían dejando dinero a pesar de las negativas que ella daba, y se resignó a que hiciesen lo que quisieran, si querían dejar monedas ella las tomaría. Nika creyó juntar alrededor de doscientos jewels en monedas ese día, no era mucho, pero era suficiente como para poder mantenerse una jornada entera. No sabía si iba a poder trabajar porque el supuesto compañero tardaba, así que decidió tomar todas las monedas que había recolectado y, guardándolas en el bolsillo de la chaqueta roja que tenía encima, emprendió el camino de vuelta hacia la estación para volver a su casa.

Sin embargo, la vida siempre se encargaba de llevarle la contraria en todo. De la nada pudo apreciar que un sujeto de un llamativo cabello color naranja y una altura que sobrepasaba la de ella se identificaba como su compañero de misión. Efectivamente, ella vio el panfleto que tenía en su mano y corroboró con desconfianza la información dada ¡Al fin había llegado por quién lloraba la pobre! No pudo evitar gruñir ante las palabras que excusaban su retraso para con ella ¡Llegaban tarde! pero al parecer, el señor que estaba delante de ella era demasiado buena gente y ayudaba con amor a las pobres ancianas. No podía decir mucho, ella hubiera hecho lo mismo en su lugar.

Tomó su mano con recelo y la estrechó, hasta que un aroma bastante particular llegó a su nariz, obligandola a olfatear el aire como si fuera un perro, literal. Acercó su rostro al ajeno y olfateó levemente mientras sonreía de lado.

—Dime ¿Qué tipo de colonia o perfume usas? ¿o ese es tu aroma natural? es bastante rico —sonrió ante el comentario propio, seguramente ahora debería verse como si fuera una loca o algo parecido—. Por cierto, mi nombre es Nika, Nika Kljun. Deberíamos irnos ya, estamos llegando tarde con el cliente y no quiero hacerle esperar más tiempo.

El joven retrocedió medio paso ante el actuar de esa joven que la verdad, ahora mismo parecía mas un perro de caza olisqueandole con su hocico que una persona ¿Pero que le pasaba? Se preguntaba el joven sin llegar a interrumpirla, pero por si acaso guardando un poco de las distancias nunca se sabe como podía actuar una persona loca, lo mejor era dejarla hacer hasta que se le pasara pero para su sorpresa, lo que estaba oliendo era el aroma del propio para luego mencionar que si usaba una colonia o perfume, o simplemente era su propio aroma el que desprendía un olor que según ella era "rico", osea que le gustaba. Eso hizo que el muchacho riera un poco por lo bajo para luego rascarse la parte de atrás de la cabeza sin saber que responder ¿Como se le responde eso a una persona que acabas de conocer? Simplemente se quedo sin palabras observándola, escuchando sus palabras y viendo que tenia razón, se tenían que poner en marcha.- ¡Claro! Vamos, mejor no hacer esperar al cliente -Añadió, para luego comenzar a caminar, pero como el no tenia mucha idea de como era esta ciudad pregunto a un transeúnte como llegar hasta esa "fuente" y, este amablemente le respondió dándole indicaciones claras y concisas para que el par de magos llegaran a su destino, Necalli le dio las gracias y prosiguieron el camino. El ambiente era algo "tenso" ya que no es que las conversaciones fueran muy fluidas, pero eso tenia fácil solución.- Y dime ¿Eres de por aquí? Yo ya te adelanto que no... Creo que se me ve un poco el aire de turista que tiene que preguntar a todo el mundo el como llegar a los sitios, pero así es como se llega a sitios desconocidos, preguntando ¿No crees? -Comento el joven con una sonrisa mientras miraba a los ojos de la joven, para luego volver su mirada al frente mientras que caminaban.

No costo mucho encontrar la fuente con las indicaciones que se les fueron dadas, al lado de la fuente habia un hombre el cual estaba bastante arreglado, iba con un traje bastante elegante bien cuidado, el pelo perfectamente arreglado e impecable, no habían muchas dudas, era el. Cuando se aproximaron al hombre Necalli se presento el primero como uno de los integrantes del dúo de magos que le ayudarían con este trabajo ¿Como pudo perder un anillo de compromiso? Se preguntaba para si mismo para luego mirar aquel hombre.- Y ¿Como fue? Se dio cuenta que había perdido el anillo o ¿Noto algo sospechoso que pudiera indicar que se lo habían robado? -Pregunto intentado tener pistas de que había sucedido.- ¡No lo se! Oh... Perdón no quería gritar, pero es que e quedado esta noche con mi pareja y... Estoy un poco exaltado -Era de entender su situación, pero los nervios no los llevaría a ninguna parte, por lo que Necalli le ofreció que fuera a la terraza de uno de los locales que había por aquí cerca a tomar algo, mientras ellos buscaban el anillo y el cliente accedió, no de muy buen gusto pero sabia que en su espado no podía ayudar mucho, pero no se fue sin antes darles los detalles del anillo "Un anillo de oro blanco y brillantes".

Al irse el cliente solo quedaban los dos magos.- Bien, busquemos el anillo... La zona es un poco grande, ¿Quieres que nos dividamos para buscar o vamos juntos? Separados podemos mirar mas terreno -Argumento el joven su idea de como comenzar este trabajo, la verdad es que parecía que iba a ser un anillo caro por lo que tenían que ponerse a buscar cuanto antes, ahora a Necalli le dolía aun mas esa hora que había usado en ayudar a la señora y buscar a su compañera.

—Dividir el trabajo es lo más sensato en un momento como este, me parece bien.

Los ojos de la muchacha se habían desviado a su entorno luego de haber encontrado al cliente y dejar que el asistente que ella tenía ahora se pusiera a hablar con el causante de que ellos dos estuvieran allí -porque sí, ella había tomado al pelinaranja como su asistente y ya, aunque él no lo sabe ¡Pero no importa!- Luego de escuchar que él había dicho todo eso de que era básicamente un turista en Hargeon, ella le confesó que no era un personaje citadino en realidad, siempre estuvo viviendo en bosques o poblados cercanos a lo natural, así que estaban en igualdad de condiciones.
Sonreía de medio lado al observar a su compañero, sin duda alguna era un personaje de apariencia tranquila y ¡Madre santa! ¡olía riquísimo! ¿qué clase de colonia usará? No iba a acercarse más de lo debido ni iba a decir nada más acerca de aquel comentario porque estaba totalmente segura de que el chico la había visto como si fuera una loca anteriormente, cuando ella olfateó por primera vez el aroma que desprendía este tal Necalli -o algo así-.
Empezó a revisar a su alrededor con suma atención. La fuente era un lugar hermoso, pero demasiado transitado para su gusto y bastante problemático para empezar a buscar un anillo de oro blanco y brillantes. Sabía que eso debió ser bastante costoso, cosa que hizo que pensara que el cliente era realmente un infeliz que no merecía comprometerse con nadie, si perdía algo tan importante como lo era un anillo de compromiso ¿qué otras cosas podría perder el estúpido ese? se relajó y dejó de pensar en la inutilidad de los humanos mientras mantenía sus ojos en el suelo, tratando de buscar algo que destaque por su brillo, aunque en esa forma no podría hacer mucho.

—No tengo otra alternativa ahora, si quiero buscar rápido aquello, tendré que moverme rápido y abarcar más espacio...

Suspiró, teniendo en cuenta que para buscar un anillo tenía que dejarse llevar por sus instintos animales al cien por ciento, así que activó su magia con una sonrisa en el rostro. Sus huesos empezaron a generar un pequeño crujido y el poder emergió de su cuerpo como si fuera una corriente eléctrica, en un abrir y cerrar de ojos su transformación había sido completada. El pequeño perro peludo y blanco tomó su lugar en esos instantes, y con un pequeño ladrido alertó a su compañero que era ella, lo inmaculado de su pelaje era lo más llamativo, no era un cachorro ordinario ¡Para nada!
Acercó su nariz al suelo mientras empezaba a caminar por distintas secciones y trató de agudizar su vista, la visión en blanco y negro que tenía ahora mismo era algo incómoda, pero sería suficiente para ella en verdad. Se sintió plena al volver a utilizar la transformación, amaba al pequeño que ahora mismo la representaba, Robbie, se esforzaría para poder cumplir este trabajo gracias a él, y lo haría sin ninguna clase de reproche.

Técnica utilizada:

¡Bien! Era hora de ponerse manos a la obra y esa joven chica ya había dado por sentado que la idea de separarse para buscar era la mas correcta en una situación de búsqueda como esta, por lo que después de aclararle que en unos 20 o 30 minutos se verían aquí si encontraban o no el objeto que buscaban. Lo que le dejo bastante fascinado es la magia que empleaba esa chica ¡Por todos los santos! Se acababa de convertir en un pequeño perrito de adorable aspecto que ahora mismo distraía la atención de Necalli que se centraba mas en su compañera que en buscar el dichoso anillo, que por su parte debería ser su centro de atención ya que el cliente es el que pagaba no esa muchacha, por lo que se dio un par de palmadas en ambas mejillas de manera suave para intentar concentrarse, y ponerse por su lado a buscar ese anillo. La verdad es que tal y como lo describió era un objeto de un color claro, a plena luz y en un lugar que el suelo era "gris casi blanco" la verdad es que incluso teniéndolo a los pies se le podría pasar por alto al joven Necalli que el anillo esta ahí. Era un objeto de gran valor así que era de suponer que si alguien de pocos escrúpulos lo encontraba tirado en el suelo seguro que no se iba a parar a preguntar de quien era, era de vital importancia encontrarlo antes de que eso sucediera o ese hombre se tendría que declarar a su posible pero no segura futura mujer con un aro de cebolla frito por anillo, y no era muy romántica esa situación a decir verdad, cómica, no romántica.

Necalli comenzó buscando por el suelo, iba prácticamente gateando por este buscando hasta por debajo de las piedras aquel valioso anillo ¿Como pudo perder algo así? Con lo que era ese anillo el joven lo llevaría casi puesto con tal de no perderle, pero lo hecho hecho estaba así que solo quedaba buscar. Neca incluso le pedía algunas personas si podían levantar su pie para ver si podía encontrar algo debajo de estos pero no tenia suerte, incluso rebuscaba en los arbustos en busca de algo pero nada... No encontraba nada.

Su lado cachorro podía llegar a ser algo incómodo en realidad, y más ahora. Buscando la dichosa sortija de compromiso la dama se encontraba con piedras y otros pequeños metales brillantes que distraen su atención. Emocionada en este estado, podía sentir el aroma de la gente con mayor sensibilidad, pero esta situación empezó a jugar contra ella debido a que no encontraba ese dichoso anillo y para colmo las pequeñas piedras que se dispersaban en la calle llamaban muchísimo su atención para jugar. Se reprendía constantemente con un gruñido casi imperceptible que capta su propia emoción, tratando de concentrarse como puede.

Con un grupo de gente a su alrededor completamente loca, que hablaba fuerte y que corría en distinta direcciones, la joven con forma de cachorro empezó a esquivar los pies furtivos y poco cuidadosos de la gente que caminaba por las calles, y ella, como el animal asustadizo que era gracias al carácter del animal por el cual tomó esa forma, se desconcentraba y se cuidaba mucho más en esa clase de situaciones. No pudo evitarlo, tropezó varias veces y se golpeó por haberse desorientado, pero no podía perder el objetivo que estaba plantado en su mente, el anillo de oro blanco y brillantes.

En esa forma empezó a olfatear el suelo con algo de pesadez porque no encontraba lo que buscaba, hasta que vio algo brillante y hermoso en el suelo. No, no era el anillo, era una piedra reluciente que parecía sacada del más maravilloso cuento de hadas, al menos ella así la veía. No era más que una piedra corriente que tenía delante y no podía hacer mucho más que jugar con ella, ignorando el hecho de que tenía una misión en curso que debía continuar.

Fue un golpe que la trajo a la realidad al sentir que había algo raro en el ambiente, un aroma que no le gustó para nada. Trató de ignorar dicho aroma en el ambiente pero no podía, así que comenzó a olfatear en esa dirección, era un cachorro, ellos tienen esa tendencia por naturaleza pero ¡El anillo! tenía que encontrar el dichoso objeto como fuera para ganar ese dinero, no quedaba otra alternativa, debía ignorar sus instintos curiosos para cuando tuviera tiempo.

Ser un perro es demasiado complicado, en serio...

Nada, el joven de cabellos naranjas ya se estaba desesperando intentando localizar de una maldita vez ese dichoso anillo, de verdad, ademas de ser pequeño no podía escogerlo de un color menos visible, oro blanco con brillantes que bajo la luz en un suelo de tierra o baldosas de piedra seria bien difícil de ver ¡Espera! ¿Y si había caído en el agua de la fuente? Se pregunto Necalli, el cual se puso en pie y fue raudo y veloz a acercarse a la fuente, y ahí vio el horror, la fuente estaba plagada de monedas brillantes que harían que un anillo no se distinguiera ni aunque le pagaras para que aparezca, eso hizo que el joven frunciera el ceño y mirara con rabia hacia el agua mientras una vena en su cabeza se inflaba por la concentración de sangre. Maldita sea, ni que esta fuera una fuente de los deseos para que la gente les tire monedas para cumplir un sueño o un proyecto, suspiro profundo por el desanimo para luego rascarse la cabeza con ambas manos y sin pensarlo dos veces empezó a hurgar con disimulo en la fuente en busca del anillo, si con disimulo ya que si alguien le veía agarrar dinero de la fuente como poco le caían piedras a la cabeza y no tenia ganas de ser lapidado ahora mismo, no estaba en su plan del día a día. Pero lo único que veía eran monedas y mas monedas que, en estos momentos no eran mas que un incordio de verdad.- ¡Aleluya! -Murmuro el joven, pero lo que había tomado en su mano era una moneda y eso le dio un tic en al ceja, y la aventó con fuerza contra el agua de la fuente.

¡Maldicion! Esto si que era un autentico fastidio... Ya estaba dando por perdida esta misión, este trabajo no parecía que fuera a ser completado con éxito ya que el no lo encontraba, y todo parecía que su compañera tampoco iba con muy buen pie para encontrar ese anillo. Fue entonces que vio como un hombre metía la mano en la fuente y saco algo, eso llamo la atención de Necalli que cuando vio lo que había sacado vio que el hombre ese había sacado el anillo ¡El anillo! Pero todo dio un vuelco cuando el hombre que saco el anillo vio como lo miraba Necalli, y salio corriendo como loco ¡Ahí estaba el hombre sin escrúpulos!.- ¡Maldición! ¡Nika ese tiene el anillo! -Exclamo el chico con fuerza mientras señalaba hacia donde estaba ese hombre corriendo.

Mientras seguía olfateaba en el suelo y miraba de reojo a su compañero en la fuente chapoteando, pudo percibir desde su lugar a un sujeto que tomó algo de dicha fuente y salió corriendo. Se mantuvo alerta ante la corrida, pero al escuchar las palabras del pelinaranja automáticamente inició con la persecución ¡Tenía el condenado anillo que buscaban! y no iba a permitir que un X cualquiera viniese a quitarles la recompensa por el encargo.

—¡Rayos!

No sabía lo que hacía, pero trató de apurar el paso con la velocidad que sus pequeñas patas peludas le permitían, permitiéndose utilizar la habilidad de corrida para poder alcanzar a esa persona sin mucho problema. Se aferró con toda la fuerza que su pequeño cuerpo le permitía a la botamanga del pantalón del sujeto que estaba luchando para poder moverse libremente, con la maga transformada en animal que no le dejaba moverse con libertad plena. Mucho trabajo no podía hacer con sus pequeños colmillos y su fuerza casi nula, sin embargo ¡Tenía que intentarlo!
Con rasguños pudo mantener al sujeto huidizo unos segundos para que su compañero pudiese llegar y hacerse cargo del resto, sin embargo no contaba con la jugada del ajeno, el cual había hecho un movimiento brusco que obligó a que la maga lo soltase de sus pequeñas fauces y, con fuerza, pateó las costillas de la joven transformada en el pequeño perro, provocando un lloriqueo lastimero que salió involuntariamente por el dolor intenso que sintió al ser golpeada. Kljun simplemente retrocedió unos segundos, pero al sentir un fuerte dolor en sus costillas se vio obligada a deshacer su transformación, volviendo a su forma humana. Tenía que respirar, se sentía terrible por el golpe que aún sentía.

—Todo tuyo, Necalli.

Susurró por lo bajo mientras se llevaba ambas manos a sus costillas, había retenido al sujeto lo suficiente como para que su compañero pudiese alcanzarlo y quitarle el bendito anillo de compromiso que tenían que recuperar. Esperaba que su plan funcionase y que su dolor no haya sido en vano.

El sujeto corría, pero ella había logrado que la distancia entre él y su compañero se acortara para que pudiese perseguirlo... o al menos eso quería creer.

Necalli intento intervenir a la vez que su compañera, pero no llego a tiempo y a causa de ello esta se llevo un golpe que hizo que su magia se desvaneciera, y eso molesto de verdad al joven de cabellos naranjas de tal manera que su magia comenzó a manifestarse cubriendo su cuerpo por una intensa luz blanca. Su velocidad se veía incrementada, sumando a que era una persona bastante alta el joven de cabellos naranjas comenzó a correr -bastante mas rápido que el sujeto ese- para atraparlo antes de que se marchara de la zona. El tipo creía que estaba seguro y que seria capaz de escapar de ambos magos por igual, pero gracias a Nika que lo distrajo el suficiente tiempo como para no tener el margen necesario para que el joven no lo atrapara, este puso su mano sobre el hombro izquierdo del sujeto mientras murmuraba.- White Drive... -Para luego jalar de su hombro hacia atrás a la vez que colocaba su pie derecho detrás del pie izquierdo del tipo, haciendo que tropezara para caer de espaldas al suelo, produciendo un fuerte sonido al impactar su cuerpo contra el suelo y quedando con su brazo totalmente extendido con la mano que contenía el anillo cerrada. Al momento antes de que se pusiera en pie puso su pie sobre su muñeca apretando con fuerza para que este al final abriera su mano, y se inclino para tomar el anillo y quitárselo a ese impresentable.

Lo guardo en su bolsillo y luego quito el pie de encima de la muñeca de ese sujeto, el cual se quejaba de las acciones de aquel joven que le asalto, pero la verdad es que Necalli simplemente lo ignoro y lo dejo marcharse, ya se habia llevado dos "golpes" por parte del joven, que se acerco a su compañera para tomar su mano con suavidad para ayudarla a poner en pie con delicadeza, para luego acaricia su mejilla para quitar los cabellos que se quedaron cubriendo parte de su rostro.- ¿Estas bien? ¿Te duele mucho? -Comento el joven, mientras pensaba en que quizá no tenia que haber dejado marchar a ese hombre, pero Necalli era buena persona y ese individuo después de todo solo quería llevarse algo que había encontrado suelto, no había robado a nadie con amenazas y si, había golpeado a Nika pero Necalli también le golpeo a él, por lo que ya bastaba...

—G-gracias... estoy bien.

Terminó diciendo al aceptar la mano ajena mientras sonreía con algo de pena por la situación en sí, pues el contrario se había acercado y la trató con mucha amabilidad, algo a lo que ella realmente no estaba acostumbrada. Sonrió de medio lado con un poco de de pena por la debilidad mostrada, y es que aún sentía que el dolor era fuerte y punzaba justo en su costado, pero al menos estaba relajada porque habían conseguido el objetivo que estuvieron buscando por quién sabe cuánto tiempo. Respiró hondo mientra trataba de levantarse de su lugar y, con ánimo recobrado por la situación de victoria en la que estaban, comenzó a caminar al lado de su compañero.

—Tienes el anillo ¿verdad?

Preguntó mientras llevaba ambos brazos a sus costados, sintiendo cómo es que de a poco el dolor cesaba. Sabía que esa transformación era algo débil en cuanto a soporte y resistencia, por lo que no tuvo que haberse impresionado por dicho golpe, de hecho, tendría que haberse acostumbrado ya al dolor que sentía cada vez que golpeaban a esa transformación. Miraba a su alrededor, pudo notar que varias personas observaban al par de magos como si fueran algo raro o particular ¿qué nunca vieron pelear a magos?

—¿Y tú cómo estás? No llegó a golpearte ese tipo ¿cierto?

Preguntó con un tono de preocupación, algo más tranquila porque habían "terminado" con el trabajo. No sabía que fue de ese tipo que, luego de haber sido golpeado y reducido por el chico de cabello anaranjado, se fue en sentido contrario a la velocidad que sus piernas le daban. No quería perseguirlo, no creía que él fuera un ladrón o algo parecido, sino un pobre desventurado que se atrevió a golpear a un pequeño animalito "indefenso" y que recibió su justa reprimenda por eso.

—Hay que llevar el anillo a su dueño, pero quiero hacerte una pregunta... ¿Qué clase de magia posees? Me ha sorprendido, no soy una persona que interactue mucho con magos a pesar de que yo sea uno...

El joven se sintió mas feliz al ver que su compañera estaba bien y que el golpe no fue a peores,la verdad es que ese hombre podría recibir una buena manta de golpes dado que intento robar el anillo y golpeo a su compañera de trabajo, pero Necalli era demasiado bueno como para herir a alguien que no hizo un daño "mayor" a la gente, pero bueno, lo bueno era que Nika estaba bien y podían ir a entregar el anillo. Para calmarla un poco le mostró el anillo y luego esbozo una gran sonrisa en su rostro demostrándole a la joven que si se encontraba bien, ya que el tipo no llego a atacarle a él, por si acaso se dio un repaso a si mismo mirando si tenia alguna herida o algo similar, pero nada así que se quedo mirándola.- Yo estoy bien, no te preocupes -Dicho eso tomo su mano y le entrego el anillo para luego cerrar su mano sin dejar de sonreirle.- Vamos juntos, pero se lo entregas tu ¿Si? Te mereces el reconocimiento de encontrar el anillo -Comento con la sonrisa, para luego soltar su mano y rascarse la parte posterior de la cabeza mientras observaba a su alrededor, la verdad es que había mucha gente curiosa mirando que pasaba en ese momento ¿Pensarían que eran pareja? o ¿Simplemente estaban chismosos por ver la pelea? Como si nunca hubieran visto trabajar a dos magos en un trabajo. Se acomodo las ropas y volteo para mirar al cliente, e indicarle con un gesto con la cabeza a su compañera para que fueran para allí.

La verdad es que habían terminado este trabajo bastante rápido, no se esperaba que fuera algo complicado tampoco ni algo muy muy fácil, mas aun siendo un anillo chiquito y de color brillante. Suspiro mientras caminaba con tranquilidad hacia donde estaba el cliente en una terraza con un jugo, seguro que se animaba al ver que recuperaron el anillo del cliente.- ¿Te apetece ir a tomar algo? Después de terminar el trabajo, te invito a una terraza a por un jugo -Le comento mirándola de reojo, mientras se llevaba las manos detrás de la cabeza mientras caminaba.

—¡Claro! Nos vendrá bien algo para despejar la mente, me gustaría conocerte mejor, eres una persona bastante agradable ¿lo sabías?

Dijo la muchacha con una sonrisa mientras andaba de mejor humor a pesar del dolor que estaba presente en su cuerpo, el cual se iba de a poco. Tomó el anillo que su compañero le extendió, y caminó con tranquilidad hacia la terraza en donde se hallaba el cliente para poder entregar el pedido como debía ser. No sabía cómo describir la gran cantidad de expresiones que tenía el destinatario en su rostro al ver el anillo, pero fue automático, el sujeto tomó el pequeño elemento con sus ojos completamente brillantes y agradeció repetidas veces a los magos por haberlo recuperado antes de que pudiese entregarlo en tiempo y forma a su amada.
Luego de haber mirado con una sonrisa la expresión del sujeto al que se le había devuelto el anillo como debía ser, y luego de apreciar de nueva cuenta a su compañero, se dirigieron a algún sector de la misma terraza con la paga en mano para poder beber algo, necesitaba despejarse un poco y no pensar tanto en el dolor que tenía en su cuerpo a causa de la patada recibida. Supuso que terminaron todo el trabajo ahora, así que no tenían mucho más que hacer, solamente regresar cada uno a su propia casa después de descansar un poco.
Había que destacar que, por un momento, Nika se sintió la mujer más gloriosa del mundo al tener dinero honesto en su mano, fruto de un trabajo que ella iba a empezar a desempeñar a cómo diese lugar -a pesar de que aún desconfiaba de sus habilidades como compañera de alguien en un trabajo-. No podía decir que estaba disconforme con el compañero que le había tocado porque parecía ser buena gente, al menos la trató con una amabilidad que ella pocas veces vio. Sonrió, siguiendo el paso a su compañero mientras le observaba de reojo.

—¿Sabes algo? Quizá me tomes por loca con lo que te diré, pero espero que podamos coincidir en otro trabajo, claro... si a ti no te molesta tener a una loca como yo de compañera.

Esperaba que aceptase dichas palabras y las tomase en positivo, realmente a ella le había agradado en sobremanera trabajar con alguien como él.

No había nada mejor que ver a una persona satisfecha y feliz de corazón al conseguir lo que quería, completaron la misión con éxito encontrando el anillo y gracias a ello esa persona se podría declarar de manera romántica y con un bello regalo que harían que la afortunada diera saltos de autentica alegría, el joven de cabellos naranjas a parte de estar contento por que la muchacha que le acompañaba en la misión acepto el ir a tomar jugo a una terraza, lo cual le hacia muy feliz ya que era como hacer una amiga nueva, si se podrían conocer mas. Ambos caminaron por la terraza en busca de una mesa vacía en otro sector, y se sentaron en una mesa con tranquilidad para hablar.- ¿Yo? Encantado estaría de coincidir contigo en otro trabajo, no me molesta en absoluto, con compañeras dispuestas a todo como tu todo es mas sencillo -Comento el chico alagando la intención de la joven de detener al "ladrón" aun con ese tamaño reducido del perrito, ella podía haberse negado a intentar detenerlo pero hizo todo lo que pudo. Neca le hizo una señal al camarero para que les atendiera, y pidió el mismo batido de fresa para ambos, era suave y dulce, algo rico y delicioso para tomar ahora bajo la luz del sol.

Ahora tenia que pensar en como podían contactar el uno con el otro ya que Necalli era un chico que viajaba por todos lados, como no tenia una casa fija en la que vivir siempre iba de un lado para otro buscando trabajo y conociendo cosas nuevas. La verdad es que no sabia como llegar a coincidir con ella, ni mucho menos a como comunicarse hasta que una brillante idea paso por su cabeza. Seguro que podían comprar una especie de comunicador por lacrima mágica para así poder estar en contacto aunque fuera un mínimo, para poder decirse el uno al otro donde estaban y así poder coincidir con los trabajos, así que luego se lo comunico a su compañera con una sonrisa en los labios, mientras disfrutaba de la tarde después de un buen día de trabajo concluido.